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domingo, 21 de octubre de 2012

Eje Mérida-Sucumbíos

Unos cien vándalos asaltaron al colegio salesiano María Auxiliadora de Mérida, España, a los gritos de “¿Dónde esta los curas que los vamos a quemar?” y de “más educación pública y menos crucifijos”. Hubo desordenes, insultos y una profesora resultó herida y fue a parar al hospital. 

Naturalmente llegó al policía. Cuatro personas fueron detenidas, entre los cuales un militante de Izquierda Unida y secretario de las Juventudes comunistas de Mérida. Izquierda Unida ha acusado ahora, por medio del diputado Llamazares, al Ministerio del Interior y a la Policía de estar “inhabilitados” por “estar contaminado por los Legionarios de Cristo y por el Opus Dei”.

Esto nos hace pensar en las tropelías que cometió ISAMIS durante la administración de los heraldos del Evangelio: Toma del Divino Niño, cadenas y zanjas en Jesús resucitado, invasión por indígenas -evangélicos y drogados- armados de lanzas y dirigidos por los padres diocesanos de la catedral de Nueva Loja. También en las violencias provocadas en la Vía Colombia o en El Eno. Para no hablar de la toma de Radio Sucumbíos por personas ajenas a los cuadros de la emisora, resistiendo a la Policía, a la Gobernadora y al Fiscal.

La historia se repite. Si cambiamos el escenario y las denominaciones, tenemos que no están en juego los Legionarios o el Opus sino los Heraldos. Bueno, son tan afines... Y en vez de Izquierda Unida y Juventudes Comunistas, tenemos a carmelitas unidos y a fanáticos isamitas, harina del mismo saco de los vándalos españoles. Recordemos que muchos activistas de Sucumbíos son, como los de Mérida, españoles.

No es con la violencia física o moral, ni etiquetando a las autoridades, que se llegará a la anhelada comunión.


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