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domingo, 21 de octubre de 2012

Una nueva de un jesuita “isamita”

El Concilio Vaticano sería dirigido a los curas y a los ricos, según un “teólogo” jesuita llamado Eduardo Silva que publica su descubrimiento en un nuevo blog llamado “Iglesia de a pie”… que no es otro que el mismo de siempre “Sucumbíos Ecuador por la paz”. Curas y ricos juntos, serían responsables de otro crimen: los movimientos eclesiales. En otras palabras, el magno evento eclesial que fue el Concilio tendría el objetivo de desacralizar al clero y de empobrecer a los pudientes, en beneficio del pueblo que, sin lo sobrenatural y con el vientre lleno, se redimiría construyendo “el reino”… 

Esta idea obstrusa se explica dentro de la dinámica de su ideología. Dice el jesuita: “No debiera existir más una casta sacerdotal con privilegios, un estamento cerrado, sino un Pueblo de Dios en el que todos son llamados a la santidad, cada uno con su carisma, su servicio y su talento. Si los sacerdotes estamos al servicio de la comunidad debemos comprender que nuestra conducción y autoridad no puede nunca deslizarse hacia el autoritarismo y hacia la discrecionalidad; que nuestra enseñanza se debe alimentar de la escucha y de lo mucho que tenemos que aprender de otros; que no podemos auto-sacralizarnos en medio de un mundo que consideramos profano” (…) “Ya no será posible avanzar, sino hacia una Iglesia en la que obispos, sacerdotes y diáconos, y cualquier otra autoridad eclesial religiosa o laical, caminen juntos con todos los bautizados, abiertos a aprender unos de otros, abiertos a aprender de la época en la que nos ha tocado vivir”.

Aquí está subyacente la cosmovisión marxista de la lucha de clases: clero contra laicos, autoridades contra subordinados; desconfianza y lucha. Que los sacerdotes no sean “estamentos cerrados”, es decir, que se dediquen a cosas profanas, que se casen y no se diferencien del pueblo; sobre todo nada de enseñar, gobernar o santificar. Acabemos con las responsabilidades y con las honras. Que todos hagan lo que quieran y que nadie obedezca o respete al otro. ¡Viva la revolución, viva la dictadura del proletariado! Parece fuerte, pero el fondo, así es.

En muy resumidas cuentas y desenmascarando sus intenciones, esta es la manera que tienen ciertos “teólogos” de aterrizar el Concilio en América Latina. Y si es con el auxilio de la lucha armada, como las FARC, mejor. Es que ellos hablan de un Concilio que no existió y no son coherentes con el Concilio que quisieran.

La Teología de la Liberación es una forma de desvencijarse de la realidad y de vivir en la utopía. Así es el credo de “ISAMIS, iglesia comunidad ministerial al servicio del reino”, una confesión sectaria que perturba, desde hace ya cuatro décadas, la paz en el Vicariato Apostólico de San Miguel de Sucumbíos.

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