Páginas

domingo, 1 de mayo de 2016

A propósito de un comunicado de Cáritas Ecuador

Cáritas Ecuador
“(…) Igual situación ocurre en el Vicariato de Sucumbíos donde la colaboración de la comunidad es incalculable, corazones y manos solidarias están presentes en la donaciones de alimentos, medicinas, agua, colchones, sábanas y productos no perecibles que se entregan en la catedral de la ciudad de Lago Agrio, que se ha convertido en el centro de acopio de las donaciones, así nos cuenta Selene Terán de la Pastoral Social del Vicariato de Sucumbíos, quien agrega que la primera ayuda ya llegó a la población del Cantón Muisne, en la provincia de Esmeraldas, por parte de Monseñor Celmo Lazzari.” http://www.caritasecuador.org/2016/04/trabajo-de-hormiga-en-las-pastorales-sociales/

Selene Terán es una activista de la FMS; sabíamos de su interés por la crianza de pollos carioco, por la agenda política de mujeres afrodescendientes y cosas del género.
Vemos ahora que es porta voz de la pastoral social del Vicariato de San Miguel de Sucumbíos y que está embanderada con la ayuda social a los damnificados por el terremoto. Nada más lógico ya que todo ecuatoriano digno de ese nombre está empeñado en ayudar y aliviar a nuestros hermanos que sufren.

Tres observaciones sobre esta noticias publicada por Caritas Ecuador:

Sucumbíos es, efectivamente, una tierra de corazones y manos solidarias. Lo constatamos a diario y especialmente en los momentos difíciles. Recordemos la fe y el sentido de pertenencia a la Iglesia (y el rechazo a la secta isamita) cuando hace cinco años la población se volcó a las calles y realizó más de 150 marchas diarias cantando y rezando para que los heraldos del Evangelio regresen. Después del duro trago de la partida, se rindieron a la evidencia: “los Heraldos no se han ido, quedaron en nuestros corazones”, decían.

La catedral de Lago Agrio convertida en un centro de acopio de donaciones Qué lindo testimonio de fraternidad y de misericordia, cuando se piensa que durante casi dos décadas la “catedral” fue una ruina inacabada que se utilizaba para mingas politizadas o vigilias de rebelión. Hasta llegaron a impedir que los oficios de Semana Santa fuesen dignamente celebrados por el pueblo fiel cuando los padrecitos heraldos estaban con el encargo de la pastoral.

La primera ayuda ya llegó a Esmeraldas, proveniente de Monseñor Celmo Lazzari. Así debe ser. El Pastor se adelanta y da el ejemplo. Y eso no es clericalismo, como dirían los isamitas; es el pastor que cumple con su obligación. La primera ayuda no partió de la familia Torres atrincherada en el Divino Niño con Pablito a la cabeza, ni de Radio Mentiras, la compañera solitaria, ni de la Federación de Mujeres… aunque bien podría haber sido ya que manejan fondos recibidos precisamente para hacer beneficencia.


En todo esto, pese al desagrado que causa ver a Selene puesta en evidencia, los protagonistas son el pueblo de Sucumbíos, su catedral y su Obispo. No es Isamis, ni sus “ministerios”, ni su radio, ni sus fantasmagóricas organizaciones populares, ni sus inexistentes cebs…





No hay comentarios:

Publicar un comentario