“Cariñosamente”, así lo escriben, isamitas arremeten en nuevo manifiesto, ocultos en el anonimato de su blog, contra los heraldos con “argumentos” muy peculiares y prueba ninguna de lo que afirman.
Deciden cambiar el nombre de su blog y nos explican que pasarán a llamarse “Iglesia de a pie” en lugar de “Sucumbíos por la paz”. El orden de los factores no altera el producto.
Hay que subrayar es que no nos interesa –ni tampoco a la gente que se sigue el “caso Sucumbíos”- no nos interesa saber ni el pasado ni el presente de los heraldistas.
Lo que nos preocupa es la terquedad y el odio de los isamitas y su oposición e irrespeto a la Iglesia en la persona de sus representantes: Papa, Nuncio, Obispos, Administrador Apostólico, sacerdotes misioneros y fieles de la provincia.
Lo que nos preocupa y nos interesa es que la fe se afiance en Sucumbíos, los sacramentos sean celebrados y la Virgen sea honrada. Que no pongan trabas a la pastoral de la Iglesia. Si quieren, que hagan sus mingas, vigilias y katarsis, pero que no nos molesten más ni pretendan hablar en nombre de los católicos de Sucumbíos.
Y si Ibarguren es especialista en recolectar fondos, será más válido que los de isamis que robaron y dilapidaron tanto dinero: ver el caso de los 11 del Putumayo, la “construcción” de la catedral, el latrocinio de Silvio Cumbicus, etc. etc. etc. Y si Ricardo se empeñó en destruir a Isamis, no habrá hecho nada diferente de lo deseado por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos: organizar e implantar de manera diferente todo el trabajo pastoral de Isamis.
Defiendan sus utopías… de a pie. Nosotros defenderemos nuestra Iglesia con la fuerza de Dios que nos posibilita volar ¡El combate es muy desigual!
POBRES INVECILES NO SABEN LO QUE LES VA A PASAR CUENTEN LOS DIAS HERALDOS MALDITOS BOTAN VENENO Y CONTAMINAN EL ESPACIO CON SUS CUETES, YA LES LLEGARA SU JUICIO ESPERENLO
ResponderEliminarisamis está delirando. ¿Por qué los isamitas tienen tanto odio a los Heraldos? porque los isamitas se dieron cuenta de que ya no pueden seguir en sus fechorías.
ResponderEliminaratt,
Francis Vera