Ese Vicariato se apartó de la comunión con la Iglesia por sus originalidades “pastorales”. El Padre Pierre se entrometió aquí y es corresponsable de los desordenes que padecimos. La Santa Sede decidió que era necesario implantar otra pastoral y está en ese empeño desde hace años con la colaboración de los Obispos del Ecuador.
Ya antes de la salida de Monseñor Gonzalo fue mandado un Visitador Apostólico que dio su informe. Y posteriormente a la salida de Monseñor Gonzalo, los seis carmelitas fueron retirados por su Superior religioso a pedido del Papa. ¿Ignora esas evidencias el Padre Pierre?
No las ignora. Las lamenta y las contesta. Su situación es de rebeldía, como él mismo lo dice en su carta, rebeldía no exenta de petulancia e insolencia hacia nuestro Administrador.
Al presentarse, expone un largo “curriculum” del que habría del que verificar la veracidad. Pero no dice dos cosas fundamentales: Cuál es su Diócesis de origen, qué Obispo lo ordenó y por qué dejó su Diócesis, y tampoco dice cuál es su situación actual en lo que se refiere a licencias ministeriales, incardinación y domicilio canónico.
¿Cree el Padre Pierre que puede engañar fácilmente a nuestro Administrador Apostólico?
Este sacerdote rebelde imagina que la Iglesia Católica es como él lleva su vida, sin dar satisfacción a nadie, juzgando a los demás y haciendo lo que quiere. El ladrón piensa que todos son de su condición…
La Iglesia católica es una cosa. La iglesia ISAMIS es otra.
Los fieles católicos de Sucumbíos no nos sentimos para nada representados por la opinión de este impostor, ni por los dichos y amenazas de una “Carta abierta” anónima que circula por ahí.
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