¡Que tristeza!
Quien mira desprevenido esta foto ve
primeramente un mediocre conjunto musical sobre una tarima. Podrá ser un pequeño
concierto en un restaurante, en una fiesta, en un teatro…
Prestando más atención se ve, en un nivel
inferior, un altar: indiscutiblemente es una celebración
de Misa donde vemos a un celebrante dignamente ornamentado (¡es el Obispo!) y,
bien en el centro de la fotografía, a otra persona vestida de cualquier manera,
en todo caso no de la manera apropiada para celebrar los santos misterios. Es
el fatídico Pablo Torres que irrespeta de esta forma a la Eucaristía, al Obispo
y al pueblo fiel, entrometiéndose indebidamente en el altar. El padrecito
“diocesano” está aquí en el salón trasero de la catedral, metiéndose
impertinentemente en el altar como no lo han hecho ni siquiera las “mujeres
impuras” en los tiempos de los heraldistas, conforme a la fábula de Isamis que
acuñó aquel carmelita… que en paz descanse.
Al fin
y al cabo, Pablo Torres ¿es o no es sacerdote? ¿Por qué no utiliza la vestimenta propia de la celebración eucarística? ¡ah! Es porque él es miembro de un modelo
de “iglesia” ministerial anti sacramental y anti clerical. ¿Cómo Mons. Celmo
tolera esa mala compañía a su lado y no le corrige? ¿Estamos volviendo a los 40
años? ¿Vamos hacia la tierra prometida o retornamos a la esclavitud de Egipto?
El altar, que debería estar encima, está
abajo. Y el Obispo que debería estar en el centro, está descolocado por un
“concelebrante” al que el fotógrafo le da la primacía. Es la filosofía y el
legado de Isamis.
El blog de Isamis nos explica en qué marco se
sitúa esa aberración de un digno Obispo celebrando la Misa con un sectario
indecoroso a su lado (¿PT está oficialmente concelebrando con esa pinta, o está
de metiche?).
“Con el
lema "Una mirada contemplativa de nuestra realidad", se realizó el
Retiro anual de Pascua de la Iglesia de Sucumbíos, del 20 al 24 de abril, en
dos modalidades: diurna en la Casa Diocesana y nocturna en la Catedral para la
Pastoral Urbana. Dicho evento estuvo inscrito en el contexto del Diagnóstico de
la Realidad, primer momento del VER dentro del proceso de elaboración del Plan
Quinquenal de Pastoral en marcha.
“Dos modalidades”…parece que una es la
oficial y la otra es la isamítica. La modalidad oficial es la del Vicariato, de
día, como cabe a los hijos de la luz; y la oficiosa de noche, propio a los
hijos de las tinieblas, de los isamitas. Son dos “iglesias” en un mismo
territorio, la de Roma y la Babel; la Católica (universal) y la excluyente.
Por otro lado, el tema del “retiro” no es
nada espiritual ni de “contemplación”: Diagnósticos
del proceso de elaboración del plan quinquenal en marcha… etc. etc. ¿Eso es
un retiro de Pascua o un mitin sindicalista?
En fin, es lo de siempre: isamitas haciendo
sus fechorías y utilizando al Obispo. Seguro que ni rezaron un solo
Padrenuestro con piedad, aunque habrán cantado alguna música de reivindicación
subversiva, catacumbal y utópica… ¡Qué tristeza!
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