Los
dinosaurios de dicha teología no ceden espacio a las vivencias de sacerdotes
jóvenes, oxigenados y bien pensantes.
Un
vetusto jesuita chileno, Pepe Aldunate, activista social y teólogo de la liberación,
que suma, ni más ni menos, que noventa y nueve años de edad, publicó un
artículo en la revista “Reflexión y
Liberación” vendiéndonos el cuento de que la Teología de la Liberación revive
en la Iglesia latinoamericana. Se puede leer su argumentación aquí: http://www.reflexionyliberacion.cl/ryl/2016/07/11/la-iglesia-latinoamericana-revive-con-la-teologia-de-la-liberacion/
Para
“probar” su percepción da cuatro “fundamentos”.
-
Que el Cardenal Muller, Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de
la Fe, habría publicado una declaración a favor de tal teología afirmando que “la Teología de la Liberación debe ser
considerada, a mi parecer, entre las corrientes más significativas de la
teología católica del siglo XX” (constatar no quiere decir lo mismo que
aplaudir). Y, sintiendo la inocuidad de la “prueba”, da otras dos “pruebas”
adicionales: Que Muller es amigo de Gustavo Gutiérrez, y que el actual Cardenal
Prefecto no piensa lo mismo sobre la teología de la liberación que su antecesor
en el cargo, el Card. Ratzinger.
-
Que tenemos un papa latinoamericano que asumió la “opción preferencial por los pobres” (ese lema lo utilizó San Juan
Pablo II que, precisamente, criticó en su momento la teología de la liberación).
También, la declaración de Francisco “Cómo
quisiera que nuestra Iglesia fuera pobre”, estaría en la línea de la
Teología de la liberación.
-
La tercera “prueba” sería “el movimiento
eclesial animado sin duda por el Espíritu que busca actualizar el Concilio Vaticano II”. ¿Qué “movimiento” es este? Nos hace pensar
en las inexistentes Cebs del Padre Pedro Pierre o en las fantasmagóricas
Organizaciones Populares de isamis…
-Cuarta “prueba”: José Aldunate afirma que la
Teología de la Liberación se está renovando. Cita a otro veterano, jesuita,
Jorge Costadoat (que fue removido el año pasado por el Cardenal Arzobispo de
Santiago de su cargo de profesor en la Facultad de Teología de la Universidad
Católica por sus ideas en materia de moral sexual…) que afirma la existencia de
una renovación. Dice el P. Aldunate: “Una
teología de la liberación debe renovar su praxis liberadora y esta renovación
tiene el aporte de las ciencias todas, las que presiden el conocimiento y la
acción. Si el proyecto de Dios abarca todo lo humano, todo lo humano ha de
ponerse en juego para dilucidar y realizar los caminos de Dios. De aquí se
fundamenta la aplicación de las ciencias humanas para encontrar los caminos de
hoy y del futuro que han de liberar al pobre y excluido. Esta aplicación es lo
que pide, Jorge Costadoat, en la reflexión citada”… ¿Pero se trata de una
constatación o de un deseo? ¿de una prueba o de un “pedido”?
Serían estas las cuatro razones irrefutables de la
vigencia de la teología de la liberación en América Latina. ¿Reír o llorar? El mes pasado, el P. José Aldunate SJ,
recibió de manos de la presidente Bachelet el Premio Nacional de Derechos Humanos, ya que durante su larga vida
luchó contra la tortura y la dictadura. Bien merecido ese premio. Pero como
teólogo o como pensador… habría que inventarle un premio exclusivo.
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