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viernes, 23 de noviembre de 2012

Cambios…

Ya tenemos catedral. Era hora. Parece que el edificio no sigue los lineamientos isamíticos que imaginaron Haro y Carranco, pero lo importante es que Lago Agrio tiene su catedral.

Constatamos que el pasado 30 de octubre, el día martirial y pascual que se forjaron los de ISAMIS, fue un fracaso. Lo mismo sucede con la “vigilia” del Divino Niño. Dura tan solo unas horas diarias y no asiste prácticamente nadie, fuera de los miembros de la familia del fabricante de monigotes y de algunos amigos íntimos o personas despistadas.

Por otro lado, ciertas asambleas diocesanas, esas juntas impositivas y populistas que fueron deformando el rostro de nuestra Iglesia a través de los años, ya tienen otro orden de día. Ahora hay tiempo para el silencio, la reconciliación y la adoración, aunque los irreductibles no aprovechen estas oportunidades.

El “seminario” que fundó Mons. Gonzalo un mes antes de salir y que regía el Padre Pinos se desmorona. La mitad se ha ido (eran vocaciones inducidas y de “moral” baja) y los que quedan, están más preocupados en sobrevivir que en estudiar y en evangelizar a la gente.

En vano el asambleísta Aguilar se mueve en medios gubernamentales y los sacerdotes diocesanos Usca y Pinos en los corredores de la asamblea de la CEE buscando apoyos. El viento sopla ahora en otras direcciones.

Yofrito y Morocho ya no son los incondicionales de ISAMIS como antes. Los problemas financieros y morales les hacen tomar distancias; se acercan las elecciones…

La radio mentiras sigue como siempre, es decir, con su triste ideología y su pobre música. Es siempre la radio del Vicariato, pero los temas de la fe le son ajenos, pues o no los abordan, o los deforman.

El colegio Pacífico salió de las garras de las Coim (Gordon) y, además, tiene ya nuevo capellán. La catedral se libró de la que fuera su párroca, Elsa Encarnación. Pero aún nos falta liberarnos de la hermana Julia. Que Diosito oriente las cosas en ese sentido.

Por suerte, los carmelitas ya no están aquí; el oxígeno del aire se ha saneado. Eso, pesar de algunas incursiones imprudentes que hacen con la bendición de Mons. Sádaba.

Por otro lado, las misas diarias y los sacramentos que administran los sacerdotes sin botas, bien como los rosario diarios en diferentes hogares católicos, atraen bendiciones sobre el pueblo de Sucumbíos. Podemos decir que Dios y la Churonita nos están favoreciendo mucho.

Esas son, junto con otros signos, las muestras de un crepúsculo y de una aurora. Sigamos orando.

1 comentario:

  1. Que pena de estos amargados de siempre, solo Dios con su bondad los perdonará, por que el pueblo de Sucumbíos ya les dio una lección.

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