Y después: poner en la misma olla a movimientos o
congregaciones no muy afines (aunque todos sean anti isamitas) no se ajusta a
la realidad. El Opus Dei o los carismáticos de Sor Genoveva no son la misma
cosa como lo es, por ejemplo, los carmelitas de Burgos, el padre Pierre o la Federación
de Mujeres de Sucumbíos.
Que se refute lo que escribimos o comentamos, pero que no
se publiquen, en prosa o en verso, gemidos apocalípticos. Un argumento o una
idea expresada con lógica tienen su valor y se respeta. Lo que no es eso, es el
lenguaje equívoco, sentimental o furibundo de los amigos de ISAMIS que
conocemos demasiado.
“Armar maletas” es un ejercicio propio del peregrino. No
es cargoso (aunque les costó hacer las maletas a los carmelitas que salieron -¿salieron?-
de Sucumbíos). Si en la maleta o mochila se llevan armas, piedras, dinero del
compartir o drogas, cuesta un poco y es riesgoso. Pero si se vive con espíritu
pacífico y modesto, el peso será siempre liviano. De nuestra parte, las maletas
están, prácticamente, hechas en permanencia.
En todo caso, lo más terrible será el peso del bagaje
que, en el día del juicio, pondrán unos y otros en los platos de la balanza que
sellará para toda la eternidad el destino definitivo de cada cual. Virgen del
Cisne: intercede por tus hijos!
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