Dos comunicaciones:
PRIMERA:
Al final no se ha sabido la identidad de los apoyos que
recibieron a su última “carta abierta” por los dos años del cambio. Solo se
supo de unos jesuitas levantiscos de la Unisinos de San Lorenzo, Brasil; de la
asociación de “ex” padres casados también del Brasil y de un colectivo de
padres etarras de Bizcaya. Y ahora último, de unas CEBS, una vez más del
Brasil, de un blog llamado cebsmaria… aunque nada se dice si realmente existen
o si son un cuento, cuántas células son, compuestas por cuántas personas, etc.
ISAMIS siempre se escudó detrás de siglas, etiquetas y carteles.
Hablan de CEBs y de organizaciones populares en Sucumbíos. Sabemos que algunas
existen, pero no tienen, ni de lejos, la vigencia que nos dicen. Además, como en
ISAMIS son pocas personas, cada una es una pieza muy útil y figura en varios frentes,
son los mismos de siempre… aunque van envejeciendo, ausentándose, muriendo…
Pero, entonces, al final ¿pueden decir quiénes les
apoyan?
Trompetearon que juntaron cuatro mil firmas de adhesión de
personas del Vicariato. No es creíble. La cifra tiene su peso, pero, tomando en
cuenta que tuvieron 40 años de libertad en una provincia que tiene 175.000
habitantes, asimismo se trata de poca gente.
Pedimos y les desafiamos: al menos publiquen algunos
nombres -que no sean los de ellos mismos (que tampoco son muchos). Les pedimos
también que los que les apoyan sean ecuatorianos; nada de españoles,
colombianos, o cubanos. Tampoco que sean del Coca, de Riobamba o de Babahoyo, y
si son indígenas, que no sean evangélicos, ni drogados, ni analfabetos.
Vamos a ver: si después de 40 años de libertad de acción y
de 2 años de resistencia encarnizada a la Iglesia, no pueden garantizar la
existencia de personas de carne y hueso que sean fieles adeptos de su “iglesia
comunidad ministerial utópica sembrando vida al servicio del reino para la
liberación del hombre y la mujer desde los pobres” (algo así, además de ISAMIS,
es también uno de sus nombres), significa que están muertos y enterrados y, además,
que están condenados; ni siquiera les sirve el responso “Requiescat in pace”.
Otra cosa: para portavoces, los de ISAMIS podrían haber
escogido personas más creíbles que el cleptómano Silvio Cumbicus o esa belicosa
mujer que dice que lucha contra la violencia hecha a las de su género.
Como una especie en extinción, ISAMIS se aísla y trabaja
contra sí misma. Es un buen augurio.
SEGUNDA
Otra prueba de que la iglesia ISAMIS trabaja contra sí
misma es un comunicado que acaba de publicar en su blog contra el Padre Ricardo
Ruiz llamado BASTA YA!!!!!!
Queda patente la situación cismática en que se coloca
ISAMIS en relación a la Iglesia Católica, la Iglesia oficial, nuestro
Vicariato.
En acuerdo con el Administrador Apostólico Mons. Mietto, el Padre Ricardo Ruiz fue
mandado por los Obispos del Ecuador a Sucumbíos proveniente de la Diócesis
Ibarra. Eso es una práctica normal de la pastoral de la Iglesia. Aquí recibimos
(para desgracia nuestra) al Padre Edgar Pinos, proveniente de Guaranda o al
Padre Armando, venido de Colombia. ¿Para ejercer el sacerdocio en Sucumbíos
solo se puede ser isamita?
ISAMIS acusa a este sacerdote de “colaborar en la destrucción
del camino llevado por esta Iglesia Local”. La afirmación es perfectamente
exacta. De eso se trata: La Santa Sede y la CEE están en ese empeño. Dicen que
el Padre Ricardo “nunca se interesó por conocer la realidad (etc.)”; esa
realidad es omnipresente y demasiado conocida: hay que esforzarse en ignorarla
y en implantar otra realidad. Cuanto al “trabajo paralelo”, es ISAMIS el que lo
lleva y no el Padre Ricardo. La pastoral oficial es la del Vicariato y no la de
su iglesia comunidad utópica y ministerial.
Muy buen criterio ha tenido el Padre Ricardo en “evadir
de participar en las asambleas diocesanas”, reuniones tiránicas donde se impone
un pensamiento y praxis únicos, contrario a los intereses de la Iglesia y del
bien de las almas, y se corre el riesgo de ser abucheado si uno no es de sus
correligionarios.
Cuanto al “actvismo sacramentalista que lleva al
facilismo”, ese juicio parte de una concepción totalmente opuesta al espíritu
cristiano que tienen en ISAMIS respecto a los sacramentos; ellos los niegan sin
escrúpulos o los dan a cambio de beneficios. Esta actitud es escandalosa y
sacrílega.
Cuanto a eso de que el Padre Ricardo no está “asignado a
un lugar y que ha ido de aquí para allá”, es el caso de decir que ven la paja
en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Los diocesanos hacen lo que quieren
y se meten en todas partes, con el agravante de que van donde no deben y no van
donde deben. Por ejemplo el Padre Pinos que viene a enturbiar el ambiente en
Lago, debería permanecer y navegar las Aguas Negras que se le han asignado.
Los isamitas sin ningún derecho prohíben entrar en
algunas zonas, al estilo de las FARC en sus campamentos. Y no obedecen ni a
Monseñor Mietto ni a los demás Obispos. El Padre Ricardo sí obedece a Mons.
Mietto y a los Obispos del Ecuador, sencillamente porque es fiel a su voto de
obediencia.
ISAMIS tiene, por lo que ellos mismos escriben, un
servicio de espionaje: sabe a qué horas y en qué lugares estaba el Padre
Ricardo y ya le atribuyen intenciones y actitudes gratuitamente. La KGB o la
CIA así se manejan también.
Los isamitas no se contentan con juzgar al Padre Ricardo,
juzgan también al Administrador Apostólico. “No juzguéis y no seréis juzgados”.
No interesa para nada la novela del caso de la Sra.
Campoverde que supuestamente, “colmó el vaso”. También en su momento “colmó el
vaso” otra novela: un heraldo habría dicho a una señora que se apartara del
altar porque era impura. Son las novelas que inventan los isamitas para
desacreditar a los católicos.
Si Monseñor Mietto ha puesto al Padre Ricardo en el
Consejo de Presbiterio, pues tendrá sus razones y a hecho muy bien, no hay más
que acatar. Lo mismo la capellanía del Pacífico Cembranos donde el Padre
Ricardo hace un trabajo de mucho mejor nivel del que el que hacía fray Pablo
Gallegos, mas empeñado en decir piropos a las chicas que en dar consejería o
reconciliar a los pecadores con Dios.
En el día de la no violencia contra la mujer, los
isamitas harán, una vez más, sus fechorías, confundiendo a la gente sencilla y
desviando la atención para sus fines estratégicos y políticos como lo hicieron
hace dos años, gritando en las calles contra los heraldos, el Nuncio y Mons.
Arregui.
“No nos moverán”, vociferaban. Desde entonces, ¡Cuantos
movimientos! Y todavía vendrán otros…
A los isamitas, Sucumbíos en pleno les dice BASTA
YA!!!!!!
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