Se preguntan con todo desparpajo si “Tiene salvación la Iglesia” (ese es el título del reciente libro del Hans Kung celebrado por Leonardo Boff).
Solo por esa pregunta desdeñosa y profana vemos que no son católicos, no creen en la Iglesia. Como no podía dejar de ser, hablan de “modelos de iglesia”. Claro, se distancian de la única y se ponen a tallar substitutos.
Es la cantilena de siempre: una es la iglesia comunidad y otra es la iglesia jerárquica. ¡Pero si en la ciencia de teólogos normales y en la mente de los fieles comunes, la Iglesia jerárquica y la de la comunidad de los bautizados es la misma!
Como argumento actualizado para su contestación (ya que sus ideologías teológicas están gastadas…), salen ahora con el tema de los abusos sexuales y de los desfalcos financieros por parte de cierto clero. Como si estos dos ex y toda su corte de hombres y mujeres que los festejan, fuesen angelitos incorruptibles. Y como si, el pecado de los hombres comprometiese la santidad y la infalibilidad de la Iglesia.
Sí, repetimos: la infalibilidad; ese preciosa verdad de fe que Lutero y Calvino contestaron probablemente con menos culpa que Kung y Boff, puesto que en su época este dogma aún no estaba definido.
¿Tienen salvación los que desobedecen, deforman y critican a la Iglesia?
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