¡A muy dudosos autores le publica artículos un blog de ISAMIS!
Ahora es a José Manuel Vidal, ex sacerdote que dejó su vocación de consagrado, se casó y ahora es un profesional de la información. Aunque no sabemos si practica la religión, se considera católico. Su conocida teoría (entre los pocos que lo conocen) es de que hay que establecer la desobediencia a la autoridad en la Iglesia… para renovarla. Él nos da el ejemplo.
Ahora nos dice que si la Iglesia fuese una democracia, el presidente hubiera sido el difunto Cardenal Martini, porque todos los católicos del mundo votarían por él. (aunque los de Isamis hubieran votado probablemente por Mons. Gonzalo). Teje elogios ditirámbicos al Cardenal jesuita que acaba de fallecer: profeta, sabio, místico, intelectual, modelo, perfecto, Papa deseado…, admirador del Dalai Lama y de Ghandi.
Por el artículo del ex sacerdote Vidal, nos enteramos que el Cardenal Martini era de Isamis: “Martini quería una Iglesia "pueblo de Dios", sin poder ni privilegios, democrática, siempre dialogante y abierta al mundo. Una Iglesia encarnada, samaritana y con una clara opción por los pobres. Una Iglesia corresponsable, con los laicos como protagonistas, con celibato opcional y sacerdocio de la mujer. La Iglesia por la que siguen suspirando los fieles”.
¡Qué cómodo es ser portavoz de un muerto y poner en su boca tantas cosas que le gustarían a él, Vidal! Pero bueno, es periodismo, no es magisterio.
También nos dice que el cardenal Martini pensaba en “otra iglesia posible”, “Martini era el genuino representante de la otra Iglesia. O de otra forma de ser Iglesia”, igual que los de Isamis que no cesan de decir eso y han conseguido (sin mucho esfuerzo…) que el Padre provincial carmelita descalzo de Colombia, Mario Naranjo, repita lo mismo.
Que el Señor acoja en su seno al Eminentísimo Cardenal y sosiegue los ímpetus de la pluma del periodista. No es raro que muchos ex sacerdotes de izquierda se dediquen al periodismo para mejor atacar a la Iglesia.
¡Basta de investir profetas en vida y post mortem, y, sobretodo, de creerse profeta!
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