ESTE OBISPO DE BARRANQUILLA NO ES COMO OTRO QUE CONOCIMOS EN LAGO AGRIO QUE LLEGÓ A DECLARAR ALGO TAN ABSURDO COMO: “¡A JESUS NUNCA LO HUBIERAN HECHO PAPA!”
Entrevista al obispo auxiliar de Barranquilla sobre la Visita "ad Limina Apostolorum"
Por Sergio H. Mora
ROMA, lunes 3 septiembre 2012 (ZENIT.org).- El santo padre Benedicto XVI recibió hoy por la mañana en el palacio apostólico de Castel Gandolfo, al primer grupo de 11 purpurados colombianos de los 37 que se encuentran en Roma en Visita "ad Limina Apostolorum". Los otros dos grupos de obispos serán recibidos por el papa en sendas audiencias esta semana.
Con este motivo, ZENIT entrevistó a monseñor Víctor Antonio Tamayo Betancourt, obispo auxiliar de Barranquilla, quien después de la audiencia nos transmitió sus impresiones.
¿Cómo fue el encuentro de hoy con Benedicto XVI?
– Mons. Tamayo: Realmente esta visita es como encontrar una proyección del cielo, al ver la paz que este hombre expresa, en su palabra, mirada, afecto y en su paciencia, uno ve que los caminos del mundo son diferentes de los caminos de Dios.
¿Por qué siente que son tan diferentes esos caminos?
– Mons. Tamayo: Yo estuve 24 años en el servicio militar, como capellán, pero antes hice el curso de oficiales. Y uno ve que allí quien más duro pise y grite, más poder tiene. En cambio aquí en la Iglesia uno ve que el campeón es el de la dulzura, el de la paz, el de la confianza, el que hace sentir a todos como hermanos, porque no hay imposición sino una exposición de temas, porque la razón y el corazón en oración están en la misma dirección.
Si bien Ud. había encontrado antes a un papa, Juan Pablo II ¿qué impresión le dio Benedicto XVI?
– Mons. Tamayo: Uno estudia en la historia que vino Pedro, Pablo, Lino, Cleto, Clemente, etcétera, y ve que en cada etapa un papa marca una época de modo impresionante. En esta última que nos está tocando vivir, al encontrar a Benedicto XVI uno siente esto y una alegría, un gozo muy grande. Por ello es importante que todos los católicos veamos que tenemos algo en común, la voz de Dios a través de un hombre, que no es un ángel que nos aterroriza, sino una voz humana que sale del corazón.
¿Cuánto duró la audiencia?
– Mons. Tamayo: En realidad estuvimos una hora aunque tuve la impresión de habíamos estado cinco minutos, pues tal era la expectativa de verlo, sus gestos, la atención que ponía, cuando preguntaba algo...
¿Cómo fue este diálogo con el santo padre?
– Mons. Tamayo: Con sencillez, a la apertura de la audiencia nos dijo: “Hablen con franqueza y sin temor porque estamos entre hermanos”. Es muy lindo oír al representante de Cristo en esta actitud.
Con este motivo, ZENIT entrevistó a monseñor Víctor Antonio Tamayo Betancourt, obispo auxiliar de Barranquilla, quien después de la audiencia nos transmitió sus impresiones.
¿Cómo fue el encuentro de hoy con Benedicto XVI?
– Mons. Tamayo: Realmente esta visita es como encontrar una proyección del cielo, al ver la paz que este hombre expresa, en su palabra, mirada, afecto y en su paciencia, uno ve que los caminos del mundo son diferentes de los caminos de Dios.
¿Por qué siente que son tan diferentes esos caminos?
– Mons. Tamayo: Yo estuve 24 años en el servicio militar, como capellán, pero antes hice el curso de oficiales. Y uno ve que allí quien más duro pise y grite, más poder tiene. En cambio aquí en la Iglesia uno ve que el campeón es el de la dulzura, el de la paz, el de la confianza, el que hace sentir a todos como hermanos, porque no hay imposición sino una exposición de temas, porque la razón y el corazón en oración están en la misma dirección.
Si bien Ud. había encontrado antes a un papa, Juan Pablo II ¿qué impresión le dio Benedicto XVI?
– Mons. Tamayo: Uno estudia en la historia que vino Pedro, Pablo, Lino, Cleto, Clemente, etcétera, y ve que en cada etapa un papa marca una época de modo impresionante. En esta última que nos está tocando vivir, al encontrar a Benedicto XVI uno siente esto y una alegría, un gozo muy grande. Por ello es importante que todos los católicos veamos que tenemos algo en común, la voz de Dios a través de un hombre, que no es un ángel que nos aterroriza, sino una voz humana que sale del corazón.
¿Cuánto duró la audiencia?
– Mons. Tamayo: En realidad estuvimos una hora aunque tuve la impresión de habíamos estado cinco minutos, pues tal era la expectativa de verlo, sus gestos, la atención que ponía, cuando preguntaba algo...
¿Cómo fue este diálogo con el santo padre?
– Mons. Tamayo: Con sencillez, a la apertura de la audiencia nos dijo: “Hablen con franqueza y sin temor porque estamos entre hermanos”. Es muy lindo oír al representante de Cristo en esta actitud.
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