El Concilio Vaticano II afirma que: «en virtud de la común ordenación sagrada y de la común misión, todos los presbíteros se unen entre sí en íntima fraternidad, que debe manifestarse en espontánea y gustosa ayuda mutua, tanto espiritual como material, tanto pastoral como personal, en las reuniones, en la comunión de vida, de trabajo y de caridad» Constitución Dogmática Lumen Gentium, núm. 28c.
Pero los padres diocesanos de Isamis, que tanto dicen que se basan en el Concilio Vaticano II, llaman a los sacerdotes que han sido enviados a evangelizar a Sucumbíos de “prestaditos” y de otras formas despectivas. Ni digamos los epítetos y el trato que les dieron a los padres heraldos ¿Fraternidad sacerdotal?
La explicación de estas actitudes podría ser que, como ellos son por una iglesia laical y ministerial y contra la iglesia sacerdotal y sacramental, se comportan así.
¡Qué no digan que siguen al Concilio!
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