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miércoles, 29 de mayo de 2013

Una reflexión del Papa para los que todavía siguen la “espiritualidad” isamita:

Es más importante adorar al Señor que hacer acción social.
“El espíritu del mundo nunca dice que la Beata Teresa, todos los días, durante muchas horas, permanecía en adoración… ¡Jamás! Reduce la actividad cristiana a hacer el bien social.”

28 de mayo, 2013. (Romereports.com) El Papa explicó durante la Misa en Casa Santa Marta que ser cristiano no es una cuestión cultural porque cuando el cristianismo se reduce a eso se acaba convirtiendo en una herramienta para “hacer carrera” y “alcanzar el poder”. 


EXTRACTO TEXTUAL DE LAS PALABRAS DEL PAPA (fuente: Radio Vaticana): 

“Seguir a Jesús sí, pero hasta un cierto punto; seguir a Jesús como algo cultural: soy cristiano, tengo esta cultura... pero sin la exigencia del verdadero seguimiento de Jesús, la exigencia de seguir su camino. Si se sigue a Jesús como una propuesta cultural, se usa su camino para llegar más alto, para alcanzar más poder. Y la historia de la Iglesia está llena de esto, comenzando por algunos emperadores y después muchos gobernantes y muchas personas. Y también algunos -no quiero decir muchos pero sí algunos- sacerdotes, algunos obispos. Algunos dicen que son muchos... pero son algunos que piensan que seguir a Jesús es hacer carrera”.

“Piensen en la Madre Teresa: ¿qué cosa dice el espíritu del mundo sobre la Madre Teresa? ‘Ah, la Beata Teresa es una mujer buena, ha hecho tantas cosas buenas por los demás…’. El espíritu del mundo nunca dice que la Beata Teresa, todos los días, durante muchas horas, permanecía en adoración… ¡Jamás! Reduce la actividad cristiana a hacer el bien social. Como si la existencia cristiana fuese un barniz, una capa de cristianismo. El anuncio de Jesús no es una capa: el anuncio de Jesús llega a los huesos, al corazón, llega adentro y nos cambia. Y esto no lo tolera el espíritu del mundo, no lo tolera y por esto se dan las persecuciones”.

“El seguimiento de Jesús es justamente esto: ir con Él por amor, tras Él: el mismo recorrido, el mismo camino. Y el espíritu del mundo es aquel que no lo tolerará y nos hará sufrir, pero un sufrimiento como aquel de Jesús. Pidamos esta gracia: seguir a Jesús por el camino que Él nos ha hecho ver y que Él nos ha enseñado. Esto es bello, porque jamás nos deja solos. ¡Jamás! Está siempre con nosotros. Así sea”


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