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domingo, 17 de noviembre de 2013

Ni asamblea, ni diocesana, ni extraordinaria

 
Isamis persiste en hablar, con un odio disimulado, de “personas identificadas en su acción eclesial paralela” y de “el sector paralelo”. Ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. ¡Si son precisamente ellos los que caminan en una iglesia paralela! ¿La prueba? Tres ejemplos sacados de su reseña:

1-- Su interés prioritario por el dinero y no por las almas: “La situación económica del Vicariato era importante y urgente tratar para salud de nuestra Iglesia”. Hasta el propio Concilio Vaticano II y la conferencia de Medellín nos hablan de la primacía de la santidad sobre las cuestiones de carácter económico… No van a quedar contentos ni con los millones que esperan recibir de la Chevron. “La salud de nuestra Iglesia” será buena cuando a las personas se le administren los sacramentos para que puedan acceder a la gracia de Dios.
Para ellos, la prioridad es tener dinero para hacer su revolución: se les fueron los carmelitas y las entradas desde Burgos. Se le van yendo o disminuyendo las entradas de las ONG de Aragón. El “compartir” está muy comprometido por la codicia de los más radicales; como la obra social de Isamis es inexistente o casi tanto (sin hogar infantil, sin seminario, sin companet, una Godina agonizante y un “Centro de Espiritualidad” fundido…) las divisas escasean. Hay que considerar el golpe que resultó para Isamis la corrupción comprobada de ciertos políticos locales y las amistades con colombianos de dudosa conducta. Además, la Radio Mentiras no da lucro, a no ser para bolsillos personales.
Entonces quieren seguir chupando y mamando del Vicariato… mientras se escandalizan por que el Vicariato colabora con las Obras Misionales Pontificias con generosidad… y no con los misioneros y ministerios isamíticos.

2-- Ante la crisis que lloran, el P. Adelio, Pro-Vicario, portavoz del Obispo y autoridad en la Iglesia, presentó otra propuesta: Que las comunidades y parroquias sostenibles económicamente (9) comiencen un camino de autonomía económica y administrativa, de manera que el Vicariato pueda dejar sostenerlas. Y que compartan con las que menos tienen a través de lazos de solidaridad y hermanamiento”.
La reacción de la Asamblea no fue nada agradable, porque se puede observar un nuevo intento de romper con la economía común y el compartir, además de fomentar el esquema parroquias ricas y parroquias pobres”. ¡La manía igualitaria de nivelar por lo bajo!

3—Dicen que entre las propuestas de la asamblea quedó decidido “cuidar la intencionalidad de la solidaridad y el compartir de forma creativa en las celebraciones litúrgicas” ¿intencionalidad de la solidaridad? ¡Qué lenguaje rebuscado y vacío! Cuanto a la creatividad litúrgica compartida, ya conocemos las originalidades de sus misas en el suelo, celebradas por curas y monjas en bermudas, con limpia, danzas y chicha. Lo que hay que hacer, sencillamente, es seguir las rúbricas del Misal Romano y las normas del Derecho Canónico… ¡que valen para la Amazonía ecuatoriana!

Es gracioso que dicen que en el Vaticano tienen “tarjeta roja” desde hace solo tres años. No existieron los desvíos de cuatro décadas, ni visitador, ni administrador, ni delegado. “tout va tres bien”…


Está bien caracterizada una iglesia Paralela: Hacen su asamblea, sin la presencia del Obispo, sin la presencia de los sacerdotes que llaman despectivamente “colaboradores”, mandados por la Conferencia Episcopal para dar espiritualidad a la gente de la provincia a la vista de la ineficacia y la nocividad del clero local, sin lo que llaman “el sector paralelo”, que es la parte más sana y dinámica de la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos, “adicta” a la oración del rosario, al culto de la Eucaristía y a la Jerarquía.

A continuacion la nota de isamis:

miércoles, 13 de noviembre de 2013


ASAMBLEA DIOCESANA EXTRAORDINARIA - 28 Septiembre 2013

Memorias:
Dada la importancia que van adquiriendo últimamente ciertos hechos en el caminar de nuestra Iglesia de Sucumbíos, presentamos aunque con un poco de retraso, lo relevante de la Asamblea Diocesana Extraordinaria realizada el pasado 28 de septiembre en la Casa Diocesana. Por la relación de los hechos, todavía no borramos de la memoria lo ocurrido el año pasado a esta misma altura, cuando ciertas personas identificadas en su acción eclesial paralela, abandonaron la Asamblea Diocesana Extraordinaria y la Eucaristía presidida por Mons. Mietto, mientras en la madrugada del siguiente día, algunas de estas mismas personas destruían todo símbolo de ISAMIS en la Casa Diocesana y también en otros lugares. Seguidamente se trataba de implementar unas decisiones en contra del espíritu de la Asamblea Diocesana. Esta situación, junto a otras, nos llevó a tomar la decisión de activar la Vigilia Permanente, que hemos cumplido un año.
En esta ocasión nos encontramos para la Asamblea Diocesana Extraordinaria, acordada en la pasada APD XXVI cuyo tema central era la economía de nuestro Vicariato.
Estuvimos presentes alrededor de un poco más de 70 representantes presididos por el P. Adelio, Pro-Vicario, en ausencia de Mons. Mietto en vacaciones y gestiones en Roma.
La situación económica del Vicariato era importante y urgente tratar para salud de nuestra Iglesia. De una manera sencilla y breve se procedió a revisar el funcionamiento de la economía del Vicariato, con sus ingresos y egresos. Y la preocupación y reflexión se centró en las fuentes de nuestro financiamiento para el funcionamiento de nuestra labor eclesial.
Llamó la atención que el P. Adelio, Pro-Vicario, nos dio a conocer y reiteró que nuestro Vicariato tiene tarjeta roja en Obras Misionales Pontificias en Roma, por no presentar informes desde el año 2010. Desde luego que la noticia no fue ninguna novedad, porque la “tarjeta roja” la tenemos desde hace tres años en que nos aplicaron la intervención. Pero lo más contradictorio resulta que en reuniones nacionales de Obras Misionales Pontificias se ha dado a conocer públicamente que el Vicariato de Sucumbíos ha recibido en este año la cantidad de $ 121.500,00. Con esto se ha señalado que es la jurisdicción eclesiástica que más ayuda recibe en el Ecuador. Es cierto que regularmente recibía anualmente alrededor de la cuarta parte. Pero, ¿Por qué se quiere machacar que tenemos tarjeta roja? Más bien la pregunta que nos queda es, ¿por qué se ha dado un monto elevado en relación a los años anteriores si teníamos tarjeta roja? ¿En qué se iba a invertir este ingreso? Era un misterio.
Pero continuando con la preocupación por la búsqueda de alternativas al financiamiento del Vicariato, la Asamblea consensuó tres propuestas que quedaron redactadas así:
1. Fortalecer el espíritu y la práctica del compartir a través de: Talleres de reflexión, fundamentación en la mística del compartir. Cuidar la intencionalidad de la solidaridad y el compartir de forma creativa en las celebraciones litúrgicas, en las fiestas del compartir, personas o familias compartistas, etc… a nivel comunidad y diócesis.
2. Que el Consejo Jurídico ponga en práctica los acuerdos del Plan Diocesano de Pastoral (línea de autofinanciamiento): El Consejo Jurídico, con la debida asesoría, hará un estudio de sostenibilidad y de gestión del Vicariato y lo presente en la Asamblea Diocesana del próximo año.
3. Que el Consejo Jurídico realice una auditoría para clarificar la situación económico-administrativa que se ha dado a raíz del conflicto para entregar al próximo obispo.
De esta manera se marcaba el sentir de los reunidos en la responsabilidad con nuestra Iglesia.
Por otra parte, el P. Adelio, Pro-Vicario, presentó otra propuesta:
“Que las comunidades y parroquias sostenibles económicamente (9) comiencen un camino de autonomía económica y administrativa, de manera que el Vicariato pueda dejar sostenerlas. Y que compartan con las que menos tienen a través de lazos de solidaridad y hermanamiento”.
La reacción de la Asamblea no fue nada agradable, porque se puede observar un nuevo intento de romper con la economía común y el compartir, además de fomentar el esquema parroquias ricas y parroquias pobres.
El tema central concluyó, quedando una gran e importante tarea para el Consejo Jurídico. Se trataron unos asuntos varios sobre todo en relación a la celebración del DOMUND.
Un vez más, nada nuevo en nuestras reuniones, fue la ausencia de los sacerdotes “colaboradores” y el sector paralelo. Una muestra más del grado de responsabilidad con la vida de la Iglesia de Sucumbíos.
 La Asamblea concluyo con el clima de alegría por la fiesta de San Miguel Arcángel, Patrono de nuestra Iglesia Local.

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