La contestación eclesial ha
perdido una activista de primera línea. Divorciada, unida después a ese obispo
argentino que fue hasta su muerte, en la secularización, campeón de la lucha
por la abolición del celibato, en la que ella le ha seguido con un celo digno
de mejor causa, ambos se han ido, como tantos otros, sin atisbar el triunfo de
la causa a la que dedicaron sus vidas. Y que también les daba una relevancia
que sin ese protagonismo jamás hubieran tenido.
Dejaremos de oír sus soflamas y
dentro de poco tiempo ya nadie se acordará de la pareja.
Hoy debemos encomendar su alma a
la misericordia de Dios. ¿Llorarla? Qué lo hagan los suyos. Y me da que no la
van a llorar mucho.
(La Cigüeña de la Torre).
Se dice que desde muy joven tuvo una profunda vocación religiosa y quiso ser monja… pero cambió de planes: se juntó con un Obispo cuando trabajaba en su secretariado.
Se dice también que Mons. Helder Cámara (el del Pacto de las Catacumbas) bendijo su unión con el ex Obispo Podestá.
Cual un Martín Lutero redivivo, ella tenía, según explicaba, “una visión muy fuerte del Evangelio, del mensaje de Jesús, que no compaginaba en mí con la institución Iglesia”. Igual que Isamis.
Esta Clelia, que declaró que la Iglesia estaba dominada por “el Vaticano, una institución machista”, fue organizadora de la Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados y de la Federación Latinoamericana para los Nuevos Ministerios que fundara el ex Obispo Jerónimo al casarse con Clelia ¿Los ministerios que instituyó de Mons. Gonzalo López están inscriptos en esta Federación? No sabemos.
Pero su lucha no era sólo contra el celibato, sino por una Iglesia democrática, horizontal, comprometida con el mundo, con la justicia. Como Isamis.
Adolfo Pérez Esquivel -crítico del cardenal Bergoglio pero que se apresuró a saludar a Francisco cuando fue elegido Papa- escribió en su red social que "Clelia Luro junto al querido J. Podestá fueron ejemplo de fe, compromiso y amor a favor de la iglesia".
Parece mucho decir que el ex Obispo y su dulcinea hayan sido ejemplo de fe y de amor a la Iglesia. Un poco fuerte, ¿no?
Leonardo Boff escribió en su blog que el Papa Francisco hablaba con ella todas las semanas… cosa que probablemente Francisco no va a ratificar ni a desmentir. Tiene otras cosas que hacer.
Hace dos meses atrás, Clelia Luro escribió una carta al Padre Gustavo Gutiérrez (publicada en el blog Atrio), en que le decía entre otras cosas: “…las sanciones terminarán, pertenecen al pasado, y los espíritus clericales irán desapareciendo…”.
“Redes Cristianas” le augura un “feliz encuentro con el Padre y con Jerónimo”; cuánta ternura, demasiado ligth.
Nosotros, con temor y temblor, encomendemos su alma a Dios,
Esta Clelia, que declaró que la Iglesia estaba dominada por “el Vaticano, una institución machista”, fue organizadora de la Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados y de la Federación Latinoamericana para los Nuevos Ministerios que fundara el ex Obispo Jerónimo al casarse con Clelia ¿Los ministerios que instituyó de Mons. Gonzalo López están inscriptos en esta Federación? No sabemos.
Pero su lucha no era sólo contra el celibato, sino por una Iglesia democrática, horizontal, comprometida con el mundo, con la justicia. Como Isamis.
Adolfo Pérez Esquivel -crítico del cardenal Bergoglio pero que se apresuró a saludar a Francisco cuando fue elegido Papa- escribió en su red social que "Clelia Luro junto al querido J. Podestá fueron ejemplo de fe, compromiso y amor a favor de la iglesia".
Parece mucho decir que el ex Obispo y su dulcinea hayan sido ejemplo de fe y de amor a la Iglesia. Un poco fuerte, ¿no?
Leonardo Boff escribió en su blog que el Papa Francisco hablaba con ella todas las semanas… cosa que probablemente Francisco no va a ratificar ni a desmentir. Tiene otras cosas que hacer.
Hace dos meses atrás, Clelia Luro escribió una carta al Padre Gustavo Gutiérrez (publicada en el blog Atrio), en que le decía entre otras cosas: “…las sanciones terminarán, pertenecen al pasado, y los espíritus clericales irán desapareciendo…”.
“Redes Cristianas” le augura un “feliz encuentro con el Padre y con Jerónimo”; cuánta ternura, demasiado ligth.
Nosotros, con temor y temblor, encomendemos su alma a Dios,
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