Algunas diócesis españolas están en crisis
vocacional. Asturias, por ejemplo, donde hay 900 parroquias y solo 300
sacerdotes activos.
El Arzobispo Diocesano de Oviedo, el
franciscano Jesús Sanz Montes, se empeña en remediar las cosas en la medida de
sus posibilidades y está, poco a poco, cambiando la faz de la diócesis.
En los solo tres años que lleva como
responsable, se preocupa de que todos los pueblos tengan asistencia sacerdotal.
Así, en 2010 hubo cambios o designaciones de 31 sacerdotes, en 2011 fueron 24, en 2012 48 y ahora, en julio de
2013, 50 curas fueron afectados por los cambios.
Pero… hay veneno isamita por allá
también. Algunos vecinos de Pola de Lena
han dicho que no quieren que cambien a su párroco Orestes Santos, pues ayuda
mucho a los pobres y se han rebelado contra su Obispo. Llegaron a declarar: “Si
cambian al párroco de Pola de Lena, dejaremos de participar en la iglesia”. Les
importa más el apego a una persona que la perseverancia en la fe. ¿No se parece
a lo que pasó aquí?
«Los cambios no son prebendas, caprichos ni
penalizaciones» ha dicho Sans Montes. El arzobispo de Oviedo se defiende de las
críticas tras los últimos nombramientos: «No podemos hacernos dueños del cura o
de la parroquia. Estamos muy justos de personal».
Pero no hay caso. Parece que los defensores
de padre que debe dejarles, dejarán la Iglesia. Por lo visto no creen ni
valoran al sacerdocio. Apuestan en hombres: Pablo, Edgar, Raúl…
Hay que saber que Mons. Sans Montes es firme
y valiente y se enfrentó también con otro caso
complicado: Pese al apoyo decidido de los feligreses a su cura, el arzobispo de
Oviedo ratificó la suspensión «a divinis» del hasta hace bien poco titular de
la parroquia Maliaya de Castiello de la Marina, el padre Chus, apartado también
de las de Tazones, Argüero, Oles, San Justo, Careñes y Villaverde.
Así lo hace saber el prelado en una carta
fechada el pasado día 4 y remitida ayer a todos los sacerdotes de la Diócesis
en la que informa al presbiterio diocesano de su versión de los hechos: «Tras
la presentación de varias denuncias por parte de algunos fieles contra el
presbítero D. Jesús María Menéndez Suárez, consultada la Santa Sede sobre el
modo de proceder, con fecha 29 de junio de 2013, he considerado oportuno
suspenderlo cautelarmente con la prohibición de poner en ejecución todos los
actos de potestad de orden y de gobierno, y del ejercicio de todas las
funciones y derechos inherentes al oficio de párroco y profesor de Religión y
Moral Católica hasta que la Santa Sede se pronuncie definitivamente sobre el
fondo del asunto».
No es fácil lidiar con el diablo.
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