Mientras el economista Correa lidera en
Guayaquil la cumbre por el Periodismo Responsable, cierta radio local sigue irresponsablemente
mintiendo, difamando, excluyendo y desinformado. (Paradójicamente, la emisora
habrá destacado de entre su numeroso personal o amigos a sueldo, a algún
“periodista” para ir a Guayaquil con viaje, hotel y viáticos a su cargo...).
Circula en youtoube un reportaje llamado
“Historia de Radio Sucumbíos” donde se “informa”, entre otros episodios de su
historia y omitiendo muchos datos indispensables para evaluar lo sucedido, lo
que vivió la radio durante la gestión en la administración del Vicariato de los
heraldos.
En ese reportaje, tienen la palabra
activistas isamitas conocidos de Sucumbíos como Alcíbar Bravo o José Cañar.
Al dar su versión de los hechos, afirman que
la medida de despedir a los empleados, tomada en mayo de 2011 por el Delegado
Pontificio para Sucumbíos, Monseñor Ángel Polibio Sánchez, en acuerdo con la
administración del Vicariato, se trató de “un intento de cierre de la radio”.
Esto es una mentira más. Lo que se quiso en
la ocasión (eso se dijo y lo supo la población en su momento) fue poner orden
en la casa, una vez que los empleados estaban en rebeldía con el Vicariato que
es el empleador; que usaban descaradamente las ondas de la radio para levantar
al pueblo contra el administrador Apostólico y los padrecitos heraldos; que la
radio se manejaba con una cantidad excesiva de empleados pagados… mientras que arrastraba
deudas considerables y hasta demandas judiciales. La intención de Delegado y
del Administrador fue hacerla menos comercial y más misionera, con más
voluntarios y con menos asalariados.
Ante el mandato de despido, hecho según lo
estipula la ley, los de la radio se atrincheraron, convocaron a “las
organizaciones” (?!) para defenderse y protagonizaron un tumulto violento,
desacatando las órdenes del Fiscal, de la Gobernadora y de la Policía. Y, por
supuesto, del Delegado Pontificio y del Administrador Apostólico.
El propio Alcibar Bravo reconoce en su
declaración durante el reportaje que “las organizaciones se posesionaron como
dueñas de la radio”. O sea, confiesa el acto vandálico de robo, con el
agravante de resistir a la autoridad constituida: la civil y la religiosa.
También no deja de ser otra gran mentira lo
que afirman la radio en su reportaje de que en los primeros meses el
nombramiento de los heraldos “generó profundo malestar en la población”. Todo
lo contrario: fue una alegría y un alivio desbordante que se vio en la cantidad
de gente que volvió a la Iglesia, que participaba de las celebraciones, de las
marchas y de las procesiones. No hay más que recordar entrevistas,
estadísticas, noticias y declaraciones que, por supuesto, cierta radio local no
difundía…
Pero cuando se tiene mala fe y malas ideas, sucede
lo que está sucediendo con esta radio que ha sido prácticamente arrebatada de
las manos de la Iglesia para servir a intereses opuestos a la evangelización.
¿Cómo se explica, sino, que una radio diocesana resista a las autoridades
religiosas locales, nacionales y universales? Porque no fue otra cosa lo que
hicieron y hacen: oponerse a la decisión del Vicariato, de la Conferencia
Episcopal Ecuatoriana y de las autoridades Vaticanas.
Por fin, cómo ilustración de su calumnia
contra los heraldos, no han tenido mejor imaginación que poner unas imágenes repentinas
y demasiado cortitas de ceremonias -impecablemente disciplinadas y piadosas,
dígase de paso- de la congregación heraldos en Brasil y no han tenido la
honestidad de mostrar imágenes de Sucumbíos, con las iglesias o las calles
llenas de fieles, como por ocasión del Vía Crucis del Viernes Santo o de la
marcha blanca. (Recordemos que el vía crucis de la Iglesia contó con miles de
personas -la policía estimó seis mil, mientras que el vía Crucis de Radio
Sucumbíos (o de Isamis) dirigido por el Padre Jesús Arroyo, OCD, participaron tan
solo ciento cincuenta personas.
Parece que la ley protege a la ciudadanía de
contenidos sexistas, xenofóbicos, racistas, y exige que la información sea
verificada, contextuada y oportuna. Pero eso no vale para cierta radio local…
Estos de Radio Sucumbíos son realmente unos delincuentes.
ResponderEliminaratt.
Teresita Sánchez