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domingo, 14 de abril de 2013

El Papa consagra pontificado a la Virgen de Fátima.

El Papa Francisco pidió al patriarca de Lisboa, el cardenal José Policarpo, consagrar su Pontificado a la Virgen de Fátima. Fue el mismo purpurado el que lo confirmó durante la apertura de la 181a asamblea general de la Conferencia Episcopal portuguesa.

Al final de su discurso, Policarpo dijo: «Papa Francisco me pidió dos veces que yo consagre su nuevo ministerio a Nuestra Señora de Fátima. Es un mandato que puedo cumplir en el silencio y en la oración. Pero sería hermoso que toda la Conferencia episcopal se asociara para llevar a cabo esta petición. Que María nos guíe en nuestros trabajos y también para realizar este deseo del papa Francisco». La relación de los Pontífices con Fátima siempre ha sido muy estrecha. Eugenio Pacelli, consagrado obispo en la Capilla Sixtina el día de la primera aparición (el 13 de mayo de 1917), como Papa pidió que el texto del tercer secreto fuera custodiado en el Vaticano.

El Papa Francisco pidió al patriarca de Lisboa, el cardenal José Policarpo, consagrar su Pontificado a la Virgen de Fátima. Fue el mismo purpurado el que lo confirmó durante la apertura de la 181a asamblea general de la Conferencia Episcopal portuguesa.

Al final de su discurso, Policarpo dijo: «Papa Francisco me pidió dos veces que yo consagre su nuevo ministerio a Nuestra Señora de Fátima. Es un mandato que puedo cumplir en el silencio y en la oración. Pero sería hermoso que toda la Conferencia episcopal se asociara para llevar a cabo esta petición. Que María nos guíe en nuestros trabajos y también para realizar este deseo del papa Francisco».

La relación de los Pontífices con Fátima siempre ha sido muy estrecha. Eugenio Pacelli, consagrado obispo en la Capilla Sixtina el día de la primera aparición (el 13 de mayo de 1917), como Papa pidió que el texto del tercer secreto fuera custodiado en el Vaticano. En 1950, antes de la proclamación del dogma de la Asunción de María, contó que asistió al milagro del sol en los jardines vaticanos, el mismo al que asistieron en octubre de 1917 las personas que presenciaron durante la última aparición de la Virgen a los tres pastores de Fátima.

Pío XII consideró que ese fenómeno era una confirmación celeste del dogma que estaba por proclamar y describió en una anotación manuscrita que pudo ver, repetidamente, al sol rotando sobre sí mismo. Juan XXIII fue el primero que leyó el secreto, en 1959; se lo dio a conocer a sus colaboradores de la Secretaría de Estado y del Santo Oficio, y al final se decidió no divulgarlo. Pablo VI quiso ir a Fátima en peregrinaje en ocasión del 50 aniversario de las apariciones. Menos de un año antes de ser elegido Papa, el entonces patriarca de Venecia, Albino Luciani tuvo una conversación con Sor Lucía, vidente de Fátima.

Pero sería con Juan Pablo II cuando el secreto de Fátima se cumpliría: el Papa Wojtyla sufrió el 13 de mayo de 1981 un atentado y atribuyó a la "mano materna" de la Virgen la desviación del proyectil que le habría salvado la vida. En mayo de 2000 fue justamente Juan Pablo II el que reveló al mundo el tercer secreto, proponiendo la siguiente interpretación (aunque no vinculante): el Papa atacado en la visión de los pastorcillos habría sido él mismo. Benedicto XVI, que como cardenal escribió un largo comentario teológico sobre el tercer misterio, en mayo de 2010 visitó Fátima, siguiendo las huellas de sus predecesores, y, durante el vuelo que lo llevaba a Portugal respondió a las preguntas de los periodistas. Afirmó que el mensaje de Fátima todavía era actual y que la profecía podía aplicarse no solo a la lucha de la Iglesia en contra de los regímenes totalitaristas del este, sino también al escándalo de la pederastia.

http://www.valoresreligiosos.com.ar/ver_nota.asp?Id=34103

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