Ahora celebran los 25 años del fallecimiento de Monseñor Leónidas Proaño… por el que no llegan a pedir ni un Ave María para el descanso de su alma, como se acostumbra a hacer con los fieles difuntos en nuestra Iglesia. Ya lo imaginan en la gloria. Quiera Dios que así sea, pues es lo que compete a un Obispo de la santa Madre Iglesia: que alcance la salvación.
Pero el delirio isamita va más allá: no solo lo canonizan sino que decretan que resucitó. ¡Sí! Así titulan un artículo en Redes Cristianas: “III Encuentro latinoamericano. A los 25 años de la Resurrección de monseñor Leónidas Proaño”. http://www.redescristianas.net/2013/09/02/iii-encuentro-latinoamericano-a-los-25-anos-de-la-resurreccion-de-monsenor-leonidas-proanoevaristo-villar-jose-arregi-quito/
En la jerga populo-progresista de Isamis, las palabras pascua, reino, vida, resurrección, sacramento, y otras, tienen distinta significación, variable según la persona que las use y las circunstancias en que se empleen. Todo muy relativo.
Parece que, como los saduceos, Isamis no cree en la resurrección. Porque… ¿Los restos mortales de Mons. Proaño ya estarían en el cielo en cuerpo glorioso? ¿Quién nos explica este enigma?
El artículo de Redes Cristianas nos dice que se reunieron “Más de 100 representantes de diez países” (entre los cuales no podía faltar Cuba) y que el evento fue apoyado por “cuarenta organizaciones sociales de marcado carácter indigenista”. Es prodigioso que solo se hagan presentes 100 personas de tantos países y de tantas organizaciones. Pero bueno, así es con ellos. En Sucumbíos dicen que tienen no se sabe cuántas organizaciones populares y comunidades de base. Nunca sabremos en realidad la cantidad, ni, sobretodo, el fraude de que es la misma persona que está inscripta en diversas organizaciones.
También nos dicen que “la ceremonia inicial, en un espectacular ritual indígena, en el que se construyó un altar quechua con la presencia dominante del poncho de Mons. Proaño (…)”. Pobre Monseñor Proaño; qué triste es que sea festejado con ritos paganos y sin las bendiciones de la Iglesia de la que fue Obispo. De esa manera basurean su memoria sin lograr los sufragios para su alma, tan necesarios… ¡ni un responso!
La Universidad Andina y su “Rector Magnífico” se prestaron para esta farsa que fue una mezcolanza de política y de religión, donde parece que hasta disertó un pastor evangélico (y ningún sacerdote católico, según las tales “Redes…”)
El Dios a quién se rindió culto fue Pachamama, y el diablo a que se quiso exorcizar fue el capitalismo.
El artículo de redes Cristianas llama a estas peculiares reuniones “jornadas maratonianas” ¡Tan poca gente para decir siempre lo mismo y sin ninguna consecuencia práctica, a eso le llaman maratón?!?!
Sumando y restando, menos mal que pusieron en la ceremonia ritual un poncho del “resucitado” y no una casulla o una mitra o un báculo, que son símbolos católicos. Hubieran sido profanados.
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