“Radio mentiras” quiere dar a entender que ISAMIS es católica y que sigue viva y actuante. Pero al leer las noticias y prestar atención en las fotos, se constata otra cosa.
Dicen que “por primera vez” la Misa Crismal se celebró en un Jueves Santo; antes la celebraban los martes “por la dinámica pastoral que lleva adelante ISAMIS”. ¿se jactan o se lamentan? ¿Se olvidaron que la Santa Sede está empeñada en “implantar una pastoral diferente” (Cardenal Días)?
Dicen también que en la Misa Crismal se “renuevan los carismas, servicios y ministerios”. “Niñas, niños y jóvenes vacacionados, servicios y ministerios Laicales para la Evangelización, servicios y ministerios Laicales para la pastoral Social, Las COIM (Comunidades para la Iglesia y para el Mundo), Movimientos eclesiales como: Juan XXIII y renovación Carismática Católica, Seminaristas, Misioneros Laicos, fueron quienes renovaran sus compromisos”. ¡En su letanía se olvidaron de los sacerdotes!
También está dicho que en esa Misa es que “se bendicen los oleos para el sacramento del bautismo, la confirmación y la unción de los enfermos”
Ahora, nada de esto está de acuerdo con la fe, con la liturgia y con la enseñanza católica. Estará probablemente de acuerdo “con la dinámica pastoral que lleva adelante ISAMIS”…
En la Misa Crismal no se renuevan todas esas cosas que dicen (eso es una invención de su “dinámica”) sino que se renuevan las promesas de obediencia y de fidelidad de los sacerdotes, ministros consagrados del Señor. Pero como ISAMIS no cree en el sacerdocio ministerial y es contraria a lo que llaman Iglesia sacramental, pues no consideran esto… ¡que es tan esencial en la Misa Crismal!
Tampoco es verdad que en esa Misa se bendigan “los oleos para el sacramento del bautismo, la confirmación y la unción de los enfermos”. Los óleos no tienen esa denominación. Se llaman el Crisma, el óleo de los catecúmenos y el óleo de los enfermos.
Aprovechemos para hacer una pequeña catequesis sobre el tema (¡Qué bueno sería que Radio Sucumbíos nos evangelizase con estos temas y nos ahorrase tantas inepcias y disparates!). El Crisma se consagra, los otros dos oleos solo se bendicen. Bendecir es desear algo bueno. Consagrar es tornar algo sagrado. El Crisma se utiliza en el bautismo, en la confirmación y en la ordenación sacerdotal, sacramentos que imprimen carácter. También con el Crisma se ungen las paredes y altares de las iglesias. Nada de esto, por cierto, se hace en ISAMIS.
El óleo de los catecúmenos predispone a los que van a ser bautizados para renunciar al demonio y al pecado; y el óleo de los enfermos es para dar fortaleza de alma y de cuerpo a los enfermos. Solo lo pueden administrar los sacerdotes (y no los diáconos o los laicos, como se hace en ISAMIS).
Al par de lamentar estas cosas que hacen sufrir el buen corazón de nuestro Pastor y Obispo, hay que valorar que ¡por fin! se haga un oficio religioso solemne en la catedral, lista y limpia; que justo detrás del altar y bien en el centro esté el Sagrario con el Santísimo Sacramento y encima una grande y piadosa cruz, en vez del logotipo de ISAMIS. También da gusto ver a Monseñor Mietto con mitra y báculo cosa rarísima en Mons. Gonzalo.
También está dicho que en esa Misa es que “se bendicen los oleos para el sacramento del bautismo, la confirmación y la unción de los enfermos”
Ahora, nada de esto está de acuerdo con la fe, con la liturgia y con la enseñanza católica. Estará probablemente de acuerdo “con la dinámica pastoral que lleva adelante ISAMIS”…
En la Misa Crismal no se renuevan todas esas cosas que dicen (eso es una invención de su “dinámica”) sino que se renuevan las promesas de obediencia y de fidelidad de los sacerdotes, ministros consagrados del Señor. Pero como ISAMIS no cree en el sacerdocio ministerial y es contraria a lo que llaman Iglesia sacramental, pues no consideran esto… ¡que es tan esencial en la Misa Crismal!
Tampoco es verdad que en esa Misa se bendigan “los oleos para el sacramento del bautismo, la confirmación y la unción de los enfermos”. Los óleos no tienen esa denominación. Se llaman el Crisma, el óleo de los catecúmenos y el óleo de los enfermos.
Aprovechemos para hacer una pequeña catequesis sobre el tema (¡Qué bueno sería que Radio Sucumbíos nos evangelizase con estos temas y nos ahorrase tantas inepcias y disparates!). El Crisma se consagra, los otros dos oleos solo se bendicen. Bendecir es desear algo bueno. Consagrar es tornar algo sagrado. El Crisma se utiliza en el bautismo, en la confirmación y en la ordenación sacerdotal, sacramentos que imprimen carácter. También con el Crisma se ungen las paredes y altares de las iglesias. Nada de esto, por cierto, se hace en ISAMIS.
El óleo de los catecúmenos predispone a los que van a ser bautizados para renunciar al demonio y al pecado; y el óleo de los enfermos es para dar fortaleza de alma y de cuerpo a los enfermos. Solo lo pueden administrar los sacerdotes (y no los diáconos o los laicos, como se hace en ISAMIS).
Al par de lamentar estas cosas que hacen sufrir el buen corazón de nuestro Pastor y Obispo, hay que valorar que ¡por fin! se haga un oficio religioso solemne en la catedral, lista y limpia; que justo detrás del altar y bien en el centro esté el Sagrario con el Santísimo Sacramento y encima una grande y piadosa cruz, en vez del logotipo de ISAMIS. También da gusto ver a Monseñor Mietto con mitra y báculo cosa rarísima en Mons. Gonzalo.
Cuanto a la Misa del padre Usca en el sector sur, mejor dejar el comentario para otra ocasión. Solo decir que por las fotos se cuentan algo así como unas veinte personas presentes. Cuando los abominados misioneros heraldos atendían esa zona, acudía muchísima más gente y las ceremonias eran más dignas. Como anécdota, decir también que pareciera que el Padre Usca considera impuros a los hombres, pues solo lava los pies de las mujeres ¿por qué esa discriminación? ¿O acaso las considera impuras, y por eso las lava?
Terminemos. Las invenciones contrarias a lo dispuesto por la Iglesia y los errores doctrinarios que conllevan, confunden y deforman a los fieles. Eso es un crimen contra el pueblo de Dios. No es así que se hace misión o evangelización.
Si al menos imitasen al Papa Francisco en su simplicidad y humildad, en su amor a las almas, especialmente a los alejados, descarriados y carentes. Pero tampoco ISAMIS quiere embarcar por ahí, pues esa “iglesia” tiene alergia de todo lo que se refiera a la jerarquía y a lo que es superior. Se olvidan de que la sana superioridad es paterna y servicial. Y su supuesta democracia, es pura rebelión y mal gusto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario