miércoles, 13 de marzo de 2013
Benedicto XVI defendió el compromiso con los pobres y no aceptó la influencia marxista
El hermano de Leonardo Boff critica a la Teología de la Liberación por
haber degenerado en ideología
Por H. Sergio Mora
ROMA, 12 de marzo de 2013 (Zenit.org) - El hermano de Leonardo Boff,
defiende a Benedicto XVI y critica la Teología de la Liberación'. Este es
el título de la entrevista publicada ayer lunes 11 de marzo, por el diario
brasileño La Folha de Sao Paolo, a uno de los fundadores del movimiento,
cuyas desviaciones políticas marxistas fueron criticadas en 1986 por el
cardenal Ratzinger en la Libertatis Conscientia.
En la misma Clodovis, hermano de fray Leonardo Boff, indica que en 2007
había tomado distancia del proyecto original y añade que Benedicto XVI en los
documentos que publicó, “defendió el proyecto esencial de la Teología de la
Liberación”, vale a decir “el compromiso con los pobres como consecuencia de
la fe”, al mismo tiempo “que criticó la influencia marxista”.
Clodovis indica en la entrevista de Alexandre Goncalves, que Ratzinger
“distinguió entre la primacía de la libertad espiritual sobre la liberación social
que es histórica”, y esto no lo quisieron entender, y esto hizo que “la teología
de la liberación degenerase en ideología”.
El entrevistador considera que varias medidas de Roma fueron 'procesos
inquisitoriales contra algunos teólogos', a lo que el hermano de Boff
respondió que era consecuencia del hecho que “la Iglesia no puede entrar en
negociaciones cuando se trata del núcleo de la fe”.
“En la práctica --prosigue Clodovis- la Iglesia no expulsa a nadie. Solo indica
que alguien se excluyó del cuerpo de los fieles porque inició a practicar una fe
diversa”.
E indicó que mientras el jesuita español Jon Sobrino dijo que la teología nacía
del pobre, Roma respondió que “Nace de la fe en Cristo”.
Clodovis Boff, en la entrevista, cuenta que se volvió crítico hacia la Teología de
la Liberación, cuando vio que la misma ponía la fe en Cristo en segundo plano.
Pensaba, dijo, que “con el tiempo las cosas se iban a arreglar”, pero no fue así.
El hermano de Boff critica también la admiración de los progresistas por el
teólogo alemán Karl Rahner que concibió la teoría del "cristiano anónimo",
según la cual cualquier persona que lucha por la justicia ya es un cristiano. “Y
los teólogos de la liberación cultivaban la misma admiración ingenua”, dijo.
Porque el "cristianismo anónimo" constituía “una óptima disculpa para dejar
de lado a Cristo y la oración, los sacramentos y la misión, y dedicarse a la
transformación de las estructuras sociales”.
Clodovis cuenta que el cardenal Eugenio Sales le retiró la licencia para enseñar
teología en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro. Y que después
de un diálogo con otra persona él “asumió una posición más crítica y entendió
que el rahnerismo volvía a la Iglesia absolutamente irrelevante”.
Sobre el Vaticano II consideró que es un equivoco pensar que haya creado una
nueva Iglesia y roto con dos mil años de cristianismo, pues Juan XXIII fue bien
claro al afirmar que el objetivo era presentar con ropas más oportunas la fe
conservando la la sustancia de la misma.
Consideró positivo que si los tradicionalistas aceptan el Concilio Vaticano II,
les sea permitido rezar en latín, porque hay espacio para todas las tendencias
“siempre que no se contrapongan a la fe de la Iglesia”. Y precisó que “varios
grupos considerados progresistas cayeron en ese sectarismo”.
Sobre la relación de Benedicto XVI con la modernidad y la crisis de la misma
indicó que el papa emérito a diferencia de otros autores, incluidos Nietzche y
Freud, da una salida: la apertura a lo trascendente.
Si bien consideró que Benedicto XVI tomó demasiado en serio el secularismo
moderno, que es una tendencia del cristianismo europeo, una cultura de
minorías. Porque, indica, la religión es la opción del 85% de la humanidad,
mientras los ateos no superan el 2,5% y los agnósticos no llegan al 15%.
En la entrevista añade que el no quiere cambios en la enseñanza de la Iglesia,
sino la creación de procesos que favorezcan el diálogo de manera que las
personas puedan vivir la doctrina católica.
Y concluye la entrevista considerando que la modernidad no tiene nada
más que decir al hombre postmoderno. Ni las ideologías como el marxismo,
socialismo, liberalismo o neoliberalismo. “Todas perdieron credibilidad. ¿Quién
tiene algo que decir? Las religiones y sobre todo en occidente la Iglesia
Católica”.
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