Claro que tienen sus razones para estar desanimados ante
el estruendoso desmoronamiento de su proyecto
de iglesia de los pobres ministerial y democrática.
Nostálgicamente evocan y celebran al Obispo Pedro Casaldáliga
(fotografía con amenazante puño en ristre) del que dicen, entre otras cosas,
que es autor de una “carta pastoral subversiva”, que tiene “fe de guerrillero y
amor de revolución”, cuya teología recibe “permanentes condenas de Roma”, que
es “ejemplo de globalización alternativa” (“movimientos feministas, ecologistas, pacifistas,
homosexuales, etc.”), que es el “profeta de la utopía” y que tiene como “base de
la teología de la liberación, su guía ideológica”.
¿Qué tal? No sabemos
si está todo dicho, pero es lo suficiente para caracterizar a este ídolo de
ISAMIS: un ideólogo utópico, con fe de guerrillero, condenado por Roma y
“alternativo”… Pero si de
alternancias se trata, hay que ceder el lugar, consultar los signos de los
tiempos y asumir los nuevos desafíos. Hay que cambiar. De eso dan el ejemplo,
precisamente, las diócesis que cita Tamayo: Riobamba y Chiapas… (nosotros
agregamos Sucumbíos; las tres han dado un golpe de timón providencial).
Sino, veamos la
orientación de los nuevos Obispos:
El Administrador
Apostólico de Riobamba, Monseñor Fausto Trávez, “ha puesto, con valentía, el dedo en la llaga: hizo un llamado para que
terminen las burlas, calificativos e insultos en las campañas mediáticas del
gobierno. Aunque sea por estas fechas y por la esperanza que requiere
afrontar el nuevo año, se produzca una acción de respeto al prójimo”. http://www.revistavanguardia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1352&Itemid=115
El actual Obispo de Chiapas, Mons. Felipe Arizmendi, declaró en esta navidad: “Que no te aprisionen tus pasiones desordenadas, y en Cristo obtendrás real libertad; procura platicar con El ante el Sagrario, y hallarás la paz que necesitas y el camino de tu realización” http://mx.noticias.yahoo.com/llama-obispo-chiapas-prejuicios-religiosos-182333166.html
Por su parte, nuestro administrador Paolo Mietto implora desde su llegada para que Sucumbíos sea “Casa y escuela de comunión”.
Respeto al prójimo, lucha contra las pasiones, oración ante el sagrario y casa de comunión. Lejos estamos de los tiempos de Ismael, de Leónidas y de Gonzalo.
En vez de levantar el
puño y de tomar las armas, mejor nos quedamos, sencillamente, con la Buena
Nueva del Evangelio de siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario