Páginas

lunes, 30 de julio de 2012

Los Isamitas no solo se opusieron al Papa, al Nuncio, a la Conferencia Episcopal, al Visitador, al Delegado y al Administrador.


Se opusieron… ¡al propio Mons. Gonzalo López Marañón, su fundador! 

Exigencia de Mons. Gonzalo López Marañón enviada por carta desde Canadá a una asamblea de comunidades realizada en Lago Agrio en agosto de 1983 (Monseñor Gonzalo aún no era Vicario, era Prefecto). Estaba habiendo mucha contestación y una grave crisis de autoridad en relación al Prefecto y a los misioneros extranjeros. Había una rama “nacionalista” liderada por María Luisa y Edgar Pinos (que aún no era sacerdote; fue ordenado años después por Mons. Gonzalo… que tampoco era todavía Obispo, era un simple fraile):



“El reconocimiento al Prefecto del derecho de decisión, en forma personal e independiente de los grupos, equipos misioneros u otros organismos” (Pag. 200). 
Mons. Gonzalo López Marañón
en la década del 70 en Sucumbíos
Comentando esta exigencia, Mons. Gonzalo escribió al Padre Juan Berdonces en carta del 7 de junio de 1983:

“Todos debemos construir juntos, pero ha de constar mi derecho a estimular, corregir o evitar lo que yo no juzgue oportuno en un momento dado para el bien de la Iglesia Local” (Pag. 260). 

(Citaciones extraídas del libro “Sucumbíos, de la Misión Carmelita a la Iglesia Local”, de Luciniano Luis Luis OCD, Burgos, Editorial Monte Carmelo, 1995. 401 páginas.)

Son ingobernables, ni Mons. Gonzalo consiguió controlarlos. Nunca quisieron obedecer sino solo mandar e imponer. No sirven a la Iglesia sino que se sirven de ella.

Pobre Mons. Paolo Mietto, oremos por la difícil labor que le toca junto a estas ovejas descarriadas o, mejor, junto a estos lobos con piel de oveja.

No hay comentarios:

Publicar un comentario