El Comité Olímpico Internacional prohíbe que, durante los Juegos Olímpicos, se introduzca en los estadios cualquier "impreso o libro de carácter religioso", al contrario de Pekín 2008, donde sí fue permitido por las autoridades chinas, según revela la BBC.
El motivo por el que se ha tomado esta decisión es aislar el deporte de cualquier conflicto religioso o político, razón por la cual el COI no quiso homenajear a los atletas israelíes asesinados en Munich hace cuatro décadas.
La prohibición de libros religiosos en Isamis es claro que no era explicita pero, a decir verdad, casi no conocimos libros religiosos durante los cuarenta años del reino de los carmelitas, a no ser impresos y folletos de Isamis y alguna que otra cosa de tendencia isamita traída de Quito o del extranjero.
No conocimos misales, leccionarios, ejemplares del Catecismo de la Iglesia Católica o del compendio; ni siquiera libros con los textos del Concilio Vaticano o de Aparecida. Tampoco encíclicas o documentos pontificios. Ni literatura religiosa de santos carmelitas ¡que es tan vasta! Algún librito sobre Santa Teresita cuando vinieron sus reliquias y algunas pocas Biblias latinoamericanas. Supimos de libros indígenas de Magdalena Blaser pero eran libros muy caros difundidos sin duda en Europa, no entre nosotros. De Puerto Libre nos venía también cierta literatura, pero era más social que religiosa.
La librería de la catedral que orientaba Isamis era bien pobre en libros. Y pudo haber sido un foco de formación y de cultura cristiana.
Los evangélicos y otras sectas, en cambio, han difundido sus libros y folletos abundantemente entre nosotros.
Ni hablemos de otros signos religiosos como cruces, rosarios o imágenes. Apenas cosas de tipo pagano o indígena. Así están hoy las cosas…
No conocimos misales, leccionarios, ejemplares del Catecismo de la Iglesia Católica o del compendio; ni siquiera libros con los textos del Concilio Vaticano o de Aparecida. Tampoco encíclicas o documentos pontificios. Ni literatura religiosa de santos carmelitas ¡que es tan vasta! Algún librito sobre Santa Teresita cuando vinieron sus reliquias y algunas pocas Biblias latinoamericanas. Supimos de libros indígenas de Magdalena Blaser pero eran libros muy caros difundidos sin duda en Europa, no entre nosotros. De Puerto Libre nos venía también cierta literatura, pero era más social que religiosa.
La librería de la catedral que orientaba Isamis era bien pobre en libros. Y pudo haber sido un foco de formación y de cultura cristiana.
Los evangélicos y otras sectas, en cambio, han difundido sus libros y folletos abundantemente entre nosotros.
Ni hablemos de otros signos religiosos como cruces, rosarios o imágenes. Apenas cosas de tipo pagano o indígena. Así están hoy las cosas…
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