Las religiosas norteamericanas tendrán que explicar "algunas áreas preocupantes de su actuación"
Religión
Digital, 13 de junio de 2016 a las 15:14
Se las
acusa de ambigüedad respecto a algunas enseñanzas de la Iglesia y de su manera
de vivir la vida religiosa
(Isabel
Gómez Acebo).- La Sagrada Congregación para la Vida Religiosa, mediante una
carta del cardenal João Braz de Aviz, ha llamado a Roma a la superiora de una
de las mayores órdenes de religiosas estadounidenses, las hermanas de
Loreto, para que informara "de algunas áreas preocupantes de su
actuación".
Se las acusa de ambigüedad respecto a algunas enseñanzas de la Iglesia y de su manera de vivir la vida religiosa. Ha sido a raíz de la investigación que se ha llevado desde el año 2008 a muchas congregaciones americanas y que terminó con un escrito donde se expresaban las conclusiones.
Se las acusa de ambigüedad respecto a algunas enseñanzas de la Iglesia y de su manera de vivir la vida religiosa. Ha sido a raíz de la investigación que se ha llevado desde el año 2008 a muchas congregaciones americanas y que terminó con un escrito donde se expresaban las conclusiones.
La hermana Pearl McGivney ha mandado una carta a todas sus comunidades donde
asegura que contestaron con sinceridad a las personas que entrevistaron a 90
monjas de su orden en el año 2010 y que éstas nunca mostraron preocupación por
las respuestas que recibían. Ahora seis años después, aparecen las preguntas a
las que tiene que responder el 18 de octubre, lo que asume como una oportunidad
de mostrar su fidelidad responsable a la Iglesia y al papado:
1 - Su
manera de promover la vida comunitaria y espiritual en la congregación a la
luz de la definición de la que supone para la Iglesia la vida religiosa
apostólica
2 - Una cierta ambigüedad en la que se refiere a la adhesión de algunas áreas morales y de la doctrina de la Iglesia
3 - La política de la congregación respecto a los miembros de la comunidad que mantienen posturas que no siguen la enseñanza moral de la Iglesia o sus prácticas litúrgicas.
2 - Una cierta ambigüedad en la que se refiere a la adhesión de algunas áreas morales y de la doctrina de la Iglesia
3 - La política de la congregación respecto a los miembros de la comunidad que mantienen posturas que no siguen la enseñanza moral de la Iglesia o sus prácticas litúrgicas.
Parece
ser que les preocupa el sistema de aceptar a laicos como
"comiembros" y algunas normas de incorporación a los diversos
institutos de la orden donde no quedan claras las fronteras entre las
religiosas y los laicos.
La falta
de vocaciones ha hecho que las hermanas de Loreto hayan buscado la suma de los laicos a su congregación y
los describen como "mujeres y varones de distintas tradiciones religiosas
que viven el espíritu y la misión de Loreto a través de un compromiso
individual". Aunque no hacen votos participan con su tiempo y talento
a la misión. También asegura la hermana McGivney que a partir del concilio
adoptaron una nueva forma de entender su vocación.
McGivney se va a reunir con su ejecutiva uno de estos día para diseñar
los pasos a dar que incluirán reuniones regionales para discutir el
asunto y recoger el parecer de la mayoría de las hermanas. Pero parece que la
estrategia a seguir será acorde con la filosofía que las hermanas expresan en
su página web: "Estamos al pie de la cruz e intentamos acercar el espíritu
sanador de Dios a nuestro mundo para mejorar a todos los que sufren injusticia,
opresión y privación de su dignidad".
El tema
preocupa a otras muchas órdenes en los Estados Unidos pues pensaban que la
investigación a sus comunidades había quedado resuelta pero parece que no
es así.
- La manera de promover la vida comunitaria
-
La ambigüedad en materia moral
-
Las prácticas litúrgicas
-
La equiparación de los laicos a la comunidad religiosa…
Todo eso han sido prácticas
isamíticas bien conocidas.
Probablemente los restos mortales de
Isamis no serán llamados a Roma porque ya son una realidad casi inexistente.
Con anterioridad, Roma vino a Sucumbíos en las personas del Visitador
Apostólico y del Administrador Apostólico con sus misioneros. Pero no quisieron
someterse al dulce yugo de la cruz de Cristo y optaron por la rebelión. Así les
fue.
Los carmelitas isamitas ya no están
en Sucumbíos y sus mentores Mons. Gonzalo y el P. Jesús pasaron a mejor vida…
Del cáncer, nos queda aún la metástasis de tres o cuatro “diocesanos” y de
algunos más, religiosos/as y laicos.
¿Cómo tratar esa metástasis? ¿Con
bisturí? ¿Con quimio? ¿Dejar el curso natural de la enfermedad y esperar el
fin? La cosa no está fácil para Mons. Celmo que, además, es demasiado amigo de
la indefinición…
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