Monseñor Marcos Pérez tiene todo para ser Arzobispo de Cuenca: es ecuatoriano, es joven, estudió en Roma, tiene experiencia episcopal -ha sido Obispo en dos diócesis importantes del país y es actualmente vicepresidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.
Hace un mes atrás, previendo lo que al final se dio, un bloguero español de corte isamita llamado José María Vidal (Religión Digital), censurado por la autoridad eclesiástica por sus opiniones morales (o inmorales…), publicó una nota poniendo el grito en el cielo y llena de deshonestidades.
Resulta que a misteriosos “católicos de base” ecuatorianos (?) no les gustaría el nombramiento papal. Sin mayor esclarecimiento declara: “Los católicos de base piden a Roma que reconsidere el nombramiento y que se elija a un nuevo arzobispo más en consonancia con la "primavera" de Francisco”. ¿Qué católicos de base son esos? (Sabemos que los llamados católicos de base en Sucumbíos son poco más de una docena y bien conocidos por su “catolicidad”…)
Cómo referencias anti-nombramiento, Vidal da tres pistas: no le gustaría el nombramiento al gobierno, a “los católicos de Cuenca” y a un conocido ideólogo socialista, Enrique Ayala Mora.
¿Con que autoridad este bloguero extranjero se hace portavoz de los católicos de Cuenca? ¿De qué católicos de Cuenca?
¿Quién es José Manuel Vidal para declarar que el gobierno ecuatoriano “está meditando la respuesta”?
¡Qué deshonestidad es citar declaraciones antiguas de Enrique Ayala Mora contra el Nuncio, diciendo que “recientemente” fueron pronunciadas!
José Manuel Vidal hace papel de inquisidor al apostrofar a uno de los mejores diplomáticos que tiene la Santa Sede (Mons. Ottonello estuvo en la terna para ser Secretario de Estado de Francisco hace tres años y lleva más de diez años entre nosotros como Nuncio, cuando lo normal es que un Nuncio dure cuatro o cinco años en un país. Es que Ecuador no es fácil…). Declara, ni más ni menos, que el diplomático vaticano “es mal querido en Ecuador” y que “la Iglesia ecuatoriana es un clamor contra el Nuncio”. Como “prueba”, nos habla de una opinión vertida por Ayala Mora que dice que al Nuncio lo detestan “hasta las monjitas rezadoras, los buenos cristianos y los obispos”... Vidal y Ayala Mora ¿ya se preguntaron la opinión que se hacen de ellos “los obispos, los buenos cristianos y las monjitas rezadoras?
Otra opinión orientada y forzada de Vidal es sobre la diócesis de Cuenca que con el nombramiento de Mons. Pérez Caicedo rompería con la “primavera” de Francisco (?) y con la línea de Mons. Luna, que sería un referente de la Iglesia ecuatoriana… (Esos referentes mueren y, junto con ellos, muere también su utopía. Ejemplo: Proaños y López Marañón).
Llama la atención que el neo Torquemada español de Religión Digital declara que el Nuncio Mons. Ottonello, con este nombramiento, se estaría vengando por no haber podido poner a un Obispo conservador en Guayaquil. ¿Qué sabe -o qué le han dicho- a este intrigante bloguero sobre la Iglesia ecuatoriana?
Estos isamitas aplauden o critican a Francisco, indistintamente y sin tapujos, según convenga a su ideología. ¡Qué buenos católicos son!
Los católicos ecuatorianos decimos:
¡Viva Monseñor Marcos!
¡Vivan nuestros Obispos!
¡Viva el Nuncio! y
¡Viva el Santo Padre!
A continuación la nota de Religión Digital:
http://www.periodistadigital.com/religion/america/2016/05/24/marcos-perez-caicedo-podria-ser-el-nuevo-arzobispo-de-cuenca-ecuador-iglesia-religion-dios-jesus-papa-nuncio-ottonello.shtml
Católicos de base piden a Roma que reconsidere su nombramiento
Su principal valedor es el Nuncio
Ottonello, diplomático malquerido en el país
José Manuel Vidal, 24 de mayo de 2016, Religión Digital
El prelado preconizado para arzobispo
de Cuenca es simpatizante del Opus Dei e "hijo predilecto" del
arzobispo emérito Arregui
Nuncio Otonello
(José Manuel Vidal).- Monseñor Marcos
Pérez Caicedo, actual obispo de Babahoyo, de 50 años y cercano al Opus Dei,
podría ser nombrado arzobispo de Cuenca (Ecuador), la segunda arquidiócesis
fundada en el país sudamericano tras la primada de Quito y la tercera en número
de fieles. Los católicos de base piden a Roma que reconsidere el nombramiento y
que se elija a un nuevo arzobispo más en consonancia con la
"primavera" de Francisco.
El Gobierno ecuatoriano, que,
al parecer, ya ha recibido la notificación de su eventual nombramiento, medita
la respuesta. Lo más probable es que el Ejecutivo ecuatoriano conteste que,
aunque no esté de acuerdo, respeta la decisión del Vaticano. Es la manera
diplomática de hacerle saber a la Congregación de Obispos que se trata de un
candidato no querido, pero cuyo nombramiento se respetará, si la Curia se
empeña en ratificarlo.
Pérez Caicedo nació en el cantón de
Daule, en la provincia de Guayas (Ecuador), el 14 de julio de 1967 y
estudió Filosofía y Teología en el Seminario Mayor Francisco Xavier de
Garaycoa, en Guayaquil.
Fue ordenado sacerdote el 19 de marzo de
1992 y destinado a la archidiócesis de Guayaquil, mientras posteriormente cursó
los estudios de Teología Espiritual en la Universidad de la Santa Croce de Roma.
El 10 de junio de 2006 fue nombrado obispo
titular de Maastricht y auxiliar de la archidiócesis de Guayaquil y
recibió la ordenación episcopal el sucesivo 22 de julio. El 10 de febrero de
2012 el Santo Padre Benedicto XVI lo nombró Obispo de la Diócesis de
Babahoyo, tomó posesión el 16 de marzo del mismo año.
Los católicos de Cuenca creen que
su nombramiento sería un paso atrás respecto a la "primavera" que,
desde Roma preconiza el Papa Francisco y que rompería con la línea marcada en
la diócesis por obispos de la talla de monseñor Luna, uno de los pilares de la
Iglesia ecuatoriana.
En círculos eclesiásticos ecuatorianos se
señala al Nuncio apostólico en Quito, Giacomo Ottonello, como
máximo responsable y valedor de este eventual nombramiento de monseñor Caicedo
para la arquidiócesis de Cuenca, junto al arzobispo emérito de Guayaquil, el
conservador monseñor Arregui.
De esta forma, el diplomático
vaticano malquerido en el país latinoamericano "se tomaría la
venganza por haber perdido la archidiócesis de Guayaquil a manos del
franciscano Cabrera, cuando él apostaba por obispos del sector más conservador de
la Iglesia ecuatoriana".
Hace ya tiempo que la Iglesia ecuatoriana
es un clamor contra el Nuncio papal. Recientemente, el historiador Enrique
Ayala Mora retrataba así a monseñor Otonello:
"Me consta que los curas se quejan
de que es déspota e intolerante. En una reunión en que pude charlar con un buen
grupo de religiosas, la opinión fue unánime: el nuncio no quiere relacionarse
con la vida eclesial del país ni con las personas que están comprometidas con
ella. Es grosero y machista. No admite el diálogo. Quienes frecuentan los
cocteles a los que concurre, le han oído frases de desprecio para nuestro país
y su gente".
Y añadía: "De Ottonello se quejan
todos, hasta las monjitas rezadoras, los buenos cristianos y los obispos.
Estas líneas recogen, pues, una realidad muy sentida entre los católicos
ecuatorianos. Expresan la esperanza de que el papa Francisco tenga en nuestra
patria un nuncio que lo represente genuinamente".
Según los católicos de base, la
permanencia del Nuncio Otonello en el país sería "una losa" de
cara a éste y a los demás nombramientos episcopales. Hay cinco sedes vacantes o
con obispos que ya han cumplido los 75 años (la edad de la presentación de la
renuncia al Papa), entre ellos el propio arzobispo de Quito, monseñor Trávez.
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