Se anunció discretamente su estreno en la ciudad aragonesa, y se presentó en una sala con capacidad para 130 personas. Era un evento cultural, porque el realizador del corto es un joven cineasta de renombre que, entre otras glorias, tiene una especialización en dirección de actores de una escuela de cine de Cuba... y que declara que en una presentación anterior de otro film suyo, llegó a juntar 400 personas en Madrid.
La audiencia en Zaragoza fue mucho más modesta; estaba compuesta especialmente de benefactores de Huauquipura, españoles que poco o nada saben de los fracasos de ISAMIS, a no ser lo que les venden los “voluntarios” de Huauquipura en sus informes. En Sucumbíos los conocemos bien… Pero en Zaragoza, como hay que mantener el crédito, entonces les valió la pena la realización de este esfuerzo para justificarse ante los desprevenidos y generosos donantes. Sin emprendimientos como este, en que se chupan capitales europeos, hoy por hoy los de ISAMIS se morirían de hambre.
En la sesión, el entusiasmo estaba ausente. No había enviados de la Iglesia local. Al final, un organizador animó a que la gente se anote en unas listas para recibir más información, pero las personas se escabullían discretamente y el evento terminó sin pena ni gloria. A los pocos anuncios previos, sucedió un pesado silencio. Por ahora.
Hay que decir que hubo un pre estreno del dicho film en un colegio carmelita de Córdoba, en el que estuvieron presentes once personas, entre fanáticos y curiosos.
Hay que decir que hubo un pre estreno del dicho film en un colegio carmelita de Córdoba, en el que estuvieron presentes once personas, entre fanáticos y curiosos.
Estos datos los tomamos de internet: de tres blogs isamitas y del Facebook. También se puede ver en YouToube un tráiler de “Adiós Padresitos” de cuatro minutos, donde se filma a Mons. Gonzalo López durante su huelga de hambre en un parque de Quito y se lo presenta como “un profeta y un padre de familia” (!?), vestido con un gorrito ridículo que lo asemeja a una abuelita. Y siempre dicharachero y superficial. No sabemos si los isamitas traerán ese cortometraje al Ecuador. Probablemente sí. Aquí tendrán un poco más de audiencia que en Zaragoza: gente del gobierno, de la Universidad Andina, de la Asamblea nacional, de las asambleas de Padre Pinos y algunos indígenas que traen a cambio de unos dólares o de un almuerzo. Lo de siempre, nada nuevo.
La opinión pública ecuatoriana conoció bien el “caso Sucumbíos” y está más que informada y fastidiada con la rebelión de ISAMIS. Los isamitas intentan de todas maneras justificarse y sobrevivir. La presentación de ese film les dará un poco de oxígeno. Pero será una fantasmagoría que no conseguirá neutralizar las sospechas –más bien las certezas!- de los desvíos morales, financieros y teológicos que pesan sobre el cadáver caliente de ISAMIS. Ni el inflado caso Chevron, ni las elecciones próximas, ni nada logrará opacar la gravedad de lo que Ecuador y el mundo conoció: el fracaso de una gestión, la negativa a reconocer ese fracaso y la pertinacia en permanecer en su error.
Adiós padrecitos: ¡Ríndanse a la evidencia! Adiós…
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