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jueves, 24 de enero de 2013

SER O NO SER


To be or not to be: That is the question”, es un dicho célebre que inmortalizó Shakespeare en su obra Hamlet. La frase viene a la mente cuando uno quiere puntualizar definitivamente si algo es o no es, si algo es verdadero o falso. ISAMIS, por ejemplo: ¿es católico o no es católico? Porque una de las dos cosa, forzosamente, es. Y desde aquí hemos concluido, más de una vez, que no es.

Lo mismo ante este columnista politiquero y rebelde, amigo de Monseñor Gonzalo, vergüenza de la clase política y de la Iglesia Católica, que se nos presenta como sacerdote. Aunque en su apariencia, praxis y doctrina no parezca un ministro de Dios, los lectores más de una vez se han preguntado: ¿es o no es?

Efectivamente, además de su colaboración en El Telégrafo, el Padre Pedro Pierre mantiene un blog que lleva su nombre (http://padrepedropierre.blogspot.com). Tanto en el periódico gubernamental cuanto en su blog, el “periodista” de Alianza País publica no solo mentiras, errores y horrores, sino algo mucho peor y fatal: herejías.

Sí, herejías. Esa palabra (herejía) existe en el vocabulario, siempre existió y sigue existiendo, aunque sea despreciada por el columnista que igualmente despreció su sacerdocio. Es que todos los ex sacerdotes que se alinean con la teología de la liberación y que contestan a la doctrina de la Iglesia y a sus legítimos pastores unidos  al Papa, hacen lo mismo.

Pues tanto en El telégrafo cuanto en su aberrante blog, el Padre Pierre publica herejías. Como su radio de influencia es bastante insignificante, probablemente no recibirá sanciones como los Pagola, Boff o Torres Queiruga… aunque Monseñor Arregui no le tiene un cariño especial y de repente lo invita al silencio.

Este sacerdote (o ex?) que no ha celebrado en sus escritos el Año de la Fe o la solemnidad de la Madre de Dios el primer día del año, celebra en su último artículo “el día de las religiones” que parece ser, según el calendario por el que se guía, el tercer  domingo de enero.

En el Evangelio, Cristo se duele con la división y ora para que todos sean uno y que haya un solo rebaño y un solo pastor. Pero el Padre Pierre se alegra con que “en nuestro planeta hay tal vez un centenar de religiones”. (en realidad son bastante más; pues además de las oficiales están las personales y subjetivas como la de él).

Después, nos dice que el Concilio Vaticano Segundo “nos abrió a las demás religiones”, un solemne disparate que estrictamente significa todo y no significa nada… Nos explica con dogmatismo que fuera de la Iglesia hay salvación, pero que lo la hay fuera de los pobres, otro disparate que cada quién puede interpretar según su religión, reconocida o subjetiva, histórica o fantasiosa.

Termina su artículo eufórico diciendo que “nadie es inútil” (aunque profese aberraciones paganas y sectarias como sacrificios humanos) y, aliviado, afirma que “muchas gentes pequeñas (…)  están haciendo cosas grandes”. El Padre Pierre es como el diablo, que alimenta la pretensión de destronar a Dios; este dócil agente justifica su insignificancia pretendiendo hacer algo grande.

Pero esto no es lo peor, ni de lejos. Lo pero es la negación de la Virginidad de María, un dogma de nuestra fe, con lo cual se auto excomulga de la Iglesia, le guste o no. Como él no ama a la Iglesia de la cual es ministro consagrado (!) (dice que ama al “reino” que es más que la Iglesia) a él no le importará estar excomulgado… a no ser por el impacto eventual que su apostasía pueda tener sobre sus lectores y sobre la pobre gente engañada que le siga en alguna CEB (Él se dice “acompañador” (?) de las CEBS).

En fin, lo cierto es que en su blog publicó el primero de enero de este año lo que él llama “un texto iluminador sobre la infancia de Jesús”. Se trata de un comentario del libro del Papa hecho por otro ex sacerdote llamado Carlos Escudero Freire que fue salesiano y optó por colgar la sotana, casarse y formar familia… es el tipo de “teólogo” del gusto de ISAMIS.
Pues bien este apóstata de la fe y del sacerdocio afirma entre otras cosas (tomamos el texto siguiente del blog del Padre Pierre):

(…)

CONCEPCIÓN Y NACIMIENTO DE JESÚS POR OBRA DE VARÓN.

1.       En relación con la concepción virginal de María, conviene saber que las comunidades cristianas primitivas no se presentaron este problema. Les fue totalmente ajeno. Pablo, que escribe sus cartas a partir de unos veinte años desde la muerte de Jesús, no habla de virginidad de María; escribe: “Pero cuando se cumplió el plazo envió Dios a su hijo, nacido de mujer” (Gál 4,4).

2.       Es verdad que Mateo y Lucas usan fuentes hebreas distintas sobre la infancia de Jesús y, para algunos teólogos, sólo coinciden en que María concibió sin obra de varón, por la acción del Espíritu Santo. Al comentar Lc 1,35, ya hice ver que la actividad del Espíritu Santo en María está relacionada, no con la virginidad, sino con las prerrogativas de su hijo, al que se aplica el atributo Santo, exclusivo de Yahvé, y del que se afirma que es Hijo de Dios en sentido trascendente.

3.       Las mitologías antiguas, desde Egipto hasta Mesopotamia, para destacar la grandeza de un personaje ilustre, afirmaban que dicho personaje había nacido de la unión sexual entre su madre y un dios. Esto se afirma de algunos faraones en Egipto, de emperadores asirios y de grandes guerreros como Alejandro Magno. También se aplica a algunos emperadores romanos como a Octavio Augusto. En la Palestina del tiempo de Jesús y en Asia Menor se conocían estas tradiciones mitológicas, y Lucas, pagano, de formación helenista, y que escribe para paganos, la utiliza también para resaltar la grandeza y excepcionalidad de Jesús. Eso sí, en la narración de la Anunciación no hay vestigio alguno de la relación sexual de María con ningún dios. Se trata de la fuerza y el poder creativo del Espíritu Santo, que interviene en su seno, para indicar que Jesús desde su concepción tuvo la plenitud de ese Espíritu, y aparece así, con atributos sorprendentes, como la nueva creación (Lc 1,34-35). La referencia a la primera creación y al poder creador del Espíritu de Dios resulta aquí determinante (Gén 1,1-2).

4.       Este planteamiento teológico no niega que Jesús haya nacido, como los demás seres humanos, por concurso de un varón, en este caso de José. Con frecuencia encontramos en los evangelios pasajes con un marcado contraste, pero el hecho de ponderar la grandeza o excelencia de uno de esos dos términos no anula la realidad o el contenido del otro. Es evidente que en la escena de la Anunciación se establece un claro contraste entre nacido de varón y nacido del Espíritu. Predomina nacido del Espíritu, por las prerrogativas con que viene adornado Jesús, el Hijo de Dios, pero no se niega la realidad del primer término, es decir, la paternidad de José.

A manera de ejemplo, para clarificar este contraste en la Anunciación, leemos en el Evangelio de Lucas que una mujer dijo a voz en grito: “¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron! Pero Jesús repuso: Mejor: ¡Dichosos los que escuchan el mensaje de Dios y lo cumplen!” (Lc 11,27-28). Es evidente que Jesús no niega la primera bienaventuranza referida a su madre, pero le da más importancia a la segunda. María cumplió con creces esta segunda bienaventuranza, fiándose totalmente de la palabra de Dios en la escena de la Anunciación.

Algo semejante encontramos en el Prólogo del Evangelio de Juan. Hablando el cuarto evangelista de la Palabra, escribe: “Vino a su casa, pero los suyos no la recibieron. Pero a los que la recibieron, los hizo capaces de ser hijos de Dios. A los que le dan su adhesión, y éstos no nacen de linaje humano, ni por impulso de la carne, ni por deseo de varón, sino que nacen de Dios” (Jn 1,11-13). Aquí también se afirma que “nacer de Dios” es más importante que “nacer de varón”. En otro pasaje, Juan afirma lo mismo de otra manera. En conversación con Nicodemo, Jesús afirma: “Te aseguro que si uno no nace de nuevo no podrá gozar del reinado de Dios” (Jn 3,3). En el contexto (Jn 3,4-8) se asegura que este segundo nacimiento está relacionado con “nacer del Espíritu”. El Espíritu, creador de algo nuevo, con carácter definitivo, aparece constantemente en los evangelios.

En relación con el dogma de la virginidad de María, que se puede aplicar también a otros dogmas, es conveniente aclarar algunos términos: En cuanto a la virginidad de María sostenida en los primeros concilios de la Iglesia, hay que decir, ante todo, que en esos concilios se discutieron fundamentalmente verdades, sobre todo, las relacionadas con los títulos y las prerrogativas de Jesús que evidentemente implicaban también a María. Estas verdades se debatieron con pasión y con ardor, y siempre hubo vencedores y vencidos. Los vencedores se llamaron a sí mismos ortodoxos, y a los vencidos les pusieron la etiqueta de heterodoxos o herejes. Los ortodoxos proclamaban los dogmas, y a los así llamados herejes se les condenaba o anatematizaba, y eran separados de la comunión de esa Iglesia triunfante. Pasados algunos siglos de la historia de la Iglesia, el concepto de hereje se fue ampliando, y muchos eran torturados por orden de la Santa Inquisición, o mandados al patíbulo, el más frecuente el de la hoguera. Muchos siglos después, algunas de estas herejías dejaron de ser tales ¡porque estaban más conformes con los puntos centrales de los evangelios!

Así las cosas, conviene afirmar lo siguiente: En los evangelios y el resto del Nuevo Testamento no hay dogmas, es decir, no hay verdades derivadas de una teología especulativa que, a su vez, se apoya en conceptos y argumentos filosóficos, tomados de la filosofía clásica griega, sobre todo de Aristóteles, y de las diversas filosofías contemporáneas a los escritos del Nuevo Testamento, entre las que destaca la influencia del estoicismo. También influyeron en la elaboración de los dogmas las circunstancias históricas concretas, casi siempre las de carácter político-económico, que condicionaron incluso el comienzo y la finalización de algunos concilios [16]. Los argumentos sacados de los Evangelios o del resto del Nuevo Testamento y del Antiguo, son con frecuencia inconsistentes, por estar distorsionados o sacados de contexto. Como contrapunto, y, dado el avance de la teología en el siglo XX y en lo que va del XXI, algunos de los dogmas que han ido surgiendo a lo largo de la historia de la Iglesia, han sido sometidos a revisión, por la poca consistencia que tenían, al no encontrar un apoyo serio en el Nuevo Testamento, o al chocar frontalmente contra las tendencias teológicas más actuales y renovadas [17]

(…)

Carlos Escudero concluye su nota peseudo erudita y nada católica:

“En lo referente a la virginidad de María, comprendemos la coherencia de Benedicto XVI, pero los argumentos convergentes que hemos esgrimido a favor de la paternidad de José tienen una fuerza innegable. Lo que no podemos admitir es la afirmación de que la virginidad de María es fundamento de nuestra fe, equiparándola explícitamente al tema de la resurrección de Jesús.”

¿Qué les parece? Lutero no fue tan lejos…

Pero Carlos Escudero Freire es amigo del Padre Pierre que, por su vez, es amigo de Monseñor Gonzalo…

Aunque Pierre Riouffrait (algo así es su verdadero nombre) no pretenda ser teólogo, hace causa común con esa gente renegada, vergüenza de nuestra iglesia, como el ex jesuita Alfonso Llano o el ex salesiano Escudero Freire.

Entonces, ¿es o no es católico el ideólogo sacerdote columnista… y comunista? No es un trabalenguas, él es las dos cosas. Y muchas otras más.


1 comentario:


  1. ESTE ESCRITO DEL PADRE PIERRE ES PURA HEREJIA!!
    LA VIRGEN MARIA ES PURA COMPLETAMENTE, SIN PECADO Y POR ESO DIOS LA ELIGIO!!!

    LA VERDADERA IGLESIA DE CRISTO ES LA CATOLICA Y QUE SIGUE AL PAPA SIN CONTRADICCIONES.
    BENEDICTO XVI ES UN BUEN PAPA Y HA LOGRADO HACER QUE LOS ANGLICANOS SE CONVIERTAN EN GRAN NUMERO AL CATOLICISMO Y DENTRO DE POCO VEREMOS A OTROS PROTESTANTES UNIRSE A LA VERDADERA FE!
    APOYO AL VICARIO DE SUCUMBIOS MONSEÑOR PAOLO MIETTO Y LE PIDO A DIOS QUE LO PROTEJA!!!

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