En
su afán de enfrentar posiciones, en vez de aunar fraternalmente a todos, este
“sacerdote” distingue el “martirio por odio a la fe”, del “martirio por amor” y
del “martirio por el reino” como si esos martirios fuesen excluyentes, como si
una forma de martirio no supusiese a los otros. ¡Si todo eso es lo mismo!
Ya
desde el título el columnista embarra su publicación, pues “San Romero de
América”, es el nombre de una secta norteamericana que parodio blasfemamente la
imagen de Mons. Romero con la de nuestra Señora del perpetuo Socorro. ¿Qué
secta es esa?: “una comunidad inclusiva de la liberación, la justicia y la alegría. Casa
de Acogida, 402 South Ave Rochester, NY 14620una comunidad de la Federación de
Ministerios Cristianos” (?). En vez de forjar apelativos y de adelantarse al juicio de la Iglesia, hay que
llamar a Monseñor Romero, sencillamente, “Beato Oscar Romero” y no “San Romero
de América”.
PPP aprovecha su columna en la página de Opinión de
El Telégrafo para seguir ahondando la división entre los católicos, al decir
que hay una Iglesia “de las Comunidades
Eclesiales de Base, la Iglesia de los Pobres, la Teología de la Liberación, los
Documentos de las Conferencias Episcopales Latinoamericanas y el trabajo
pastoral de monseñor Leonidas Proaño” y otra que –aunque no lo diga- es la
de la Legión de María, de la Renovación Carismática, de los documentos de la
Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio) y del trabajo pastoral
de, digamos…, Monseñor Antonio Arregui… por ejemplo ¿por qué no?
Ya el papa Francisco advertía en Rio de Janeiro
contra “el “reduccionismo socializante”
del Evangelio y que “en algunos momentos fue muy fuerte. Se trata de una
pretensión interpretativa en base a una hermenéutica según las ciencias
sociales. Abarca los campos más variados, desde el liberalismo de mercado hasta
la categorización marxista”.
Además, si PPP está medianamente informado (y no
puede no estarlo si se pretende columnista de un periódico), sabe muy bien que
el Beato Oscar Romero nunca se interesó por la teología de la
liberación: “Cuando escribí su vida fui a revisar su biblioteca. Evidentemente,
los teólogos de la liberación siempre que lo visitaban le dejaban un libro, sus
libros. Los vi, estaban puros e inmaculados, nunca los abrió, nunca jamás, ni
los leyó, ni los consultó nunca. En cambio todos los libros de los padres de la
Iglesia estaban manoseados por aquí y por allá, eran la fuente de su
inspiración”, afirmó Mons. Delgado, su secretario personal. Y
agrega: “el problema es delicado
porque la izquierda lo tomó como bandera de batalla. Dijeron: 'nuestro es
San Romero'. Evidentemente la derecha levantó el grito y ya ven cómo lo usan
porque ellos son los que lo arrastraron con él y lo ideologizaron, lo
manipularon, los jesuitas lo manipularon, la izquierda lo manipuló, era un
hombre que perdió su libertad, se volvió 'loco' y todo eso llegaba aquí como
documentación de la extrema derecha”.
También PPP debería saber que el Beato Oscar Romero
fue muy allegado al Opus Dei, teniendo un confesor de ese instituto y hasta el
fin de su vida mantuvo estrecha relación con la Obra fundada por San José María
Escribá de Balaguer a quien conoció personalmente. Cuando muere el Fundador del
Opus, el Beato Oscar Romero escribe al Santo Padre la siguiente carta:
"Beatísimo
Padre:
Muy reciente
aún el día del fallecimiento de Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer, creo
contribuir a la mayor gloria de Dios y al bien de las almas solicitando a
Vuestra Santidad la pronta apertura de la causa de beatificación y canonización
de tan egregio sacerdote.
Tuve la
dicha de conocer a Monseñor Escrivá de Balaguer personalmente y de recibir de
él aliento y fortaleza para ser fiel a la doctrina inalterable de Cristo y para
servir con afán apostólico a la Santa Iglesia Romana y a esta parcela de
Santiago de María que Vuestra Santidad me ha confiado.
Conozco
desde hace años la labor del Opus Dei aquí en El Salvador y puedo dar fe del
sentido sobrenatural que lo anima y la fidelidad a la doctrina del Magisterio
eclesiástico que lo caracteriza.
Personalmente,
debo gratitud profunda a los sacerdotes de la Obra a quienes he confiado con
mucha satisfacción la dirección espiritual de mi vida y de otros sacerdotes.
Personas de
todas clases sociales encuentran en el Opus Dei orientación segura para vivir
como hijos de Dios en medio de sus obligaciones familiares y sociales. Y esto
se debe sin duda a la vida y doctrina de su fundador".
¿Por qué será que estas cosas no interesan a PPP?
Por causa del “reduccionismo socializante, del espíritu
sectario y excluyente… por ser seguidor de otra “iglesia”…
A seguir, el veneno:
San Romero de América nos confirma el camino a seguir
Pedro Pierre
El Telégrafo, 27/5/15
Los numerosos comentarios sobre la
beatificación de monseñor Óscar Romero -el domingo pasado, 24 de mayo- iban en
2 direcciones bastante opuestas. Por una parte, la jerarquía salvadoreña eligió
el lema de ‘Monseñor Romero, mártir por amor’ mientras el Vaticano decía
‘mártir por odio a la fe’. Por otra parte, las Comunidades Eclesiales de Base
de El Salvador y los grupos cristianos que se identifican como Iglesia de los
Pobres en la línea de la Teología de la Liberación lo calificaban como ‘mártir
por el Reino’. La breve carta enviada por el papa Francisco al arzobispo de San
Salvador en vísperas de la beatificación de monseñor Romero nos aclara
definitivamente su sentido. He aquí unos extractos.
“Monseñor Romero, que construyó la paz
con la fuerza del amor, dio testimonio de la fe con su vida entregada hasta el
extremo… Igual que un día eligió a Moisés para que, en su nombre, guiara a su
pueblo, sigue suscitando pastores según su corazón, que apacienten con ciencia
y prudencia su rebaño (cf. Jer 3, 15)…
El Señor concedió a su Iglesia un obispo
celoso que, amando a Dios y sirviendo a los hermanos, se convirtió en imagen de
Cristo Buen Pastor. En tiempos de difícil convivencia, monseñor Romero supo
guiar, defender y proteger a su rebaño, permaneciendo fiel al Evangelio y en
comunión con toda la Iglesia. Su ministerio se distinguió por una particular
atención a los más pobres y marginados…
Damos gracias a Dios porque concedió al
Obispo mártir la capacidad de ver y oír el sufrimiento de su pueblo, y fue
moldeando su corazón para que, en su nombre, lo orientara e iluminara, hasta
hacer de su obra un ejercicio pleno de caridad cristiana…
La fe en Jesucristo, cuando se entiende
bien y se asume hasta sus últimas consecuencias, genera comunidades artífices
de paz y de solidaridad. A esto es a lo que está llamada hoy la Iglesia en El
Salvador, en América y en el mundo entero: a ser rica en misericordia, a
convertirse en levadura de reconciliación para la sociedad.
Quienes tengan a monseñor Romero como
amigo en la fe, quienes lo invoquen como protector e intercesor, quienes
admiren su figura, encuentren en él fuerza y ánimo para construir el Reino de
Dios, para comprometerse por un orden social más equitativo y digno…”.
Los cristianos nos sentimos confirmados
a continuar el legado de monseñor Romero en la línea de las Comunidades
Eclesiales de Base, la Iglesia de los Pobres, la Teología de la Liberación, los
Documentos de las Conferencias Episcopales Latinoamericanas y el trabajo
pastoral de monseñor Leonidas Proaño. ¿Quiere ser de verdad el clero y la
jerarquía católica ecuatoriana “una Iglesia pobres y de los pobres”, según las
palabras del mismo papa Francisco? La preparación de la visita papal nos
ayudará a responder.
Quienes estamos decididos a enfrentar
estos dos desafíos, hasta que nos cueste la vida, podremos invocar a monseñor
Romero como santo, sin relegarlo en los archivos de la historia y las lujosas
sacristías de nuestras iglesias, ni dejar que lo asesinen otra vez. (O)
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