La Compañera
Solitaria “pide mil disculpas” por los “problemas técnicos” que está
teniendo la emisora para hacerse oír.
Los “problemas técnicos” de Radio Sucumbíos no
son los más graves. Es más, más que problemas son soluciones, pues su veneno no
se expande tanto cuanto está en sus intenciones…
Hay que decir que en la Radio hay buenos
programas (no siempre), buena música (a veces…) gente de valor (contada con los
dedos de una mano) y buenas voluntades, sobre todo entre los oyentes. Su empeño
“comunitario” se hace patente informando y ayudando a personas alejadas y
necesitadas. Pero el inconveniente es que mucho veneno viene junto con el escaso
beneficio; junto con el trigo crecen las hierbas maléficas.
Los problemas de “Radio Mentiras” no son
técnicos sino ideológicos, políticos y morales. Es una emisora conflictiva que
desde sus orígenes se permitió desvíos doctrinales y pastorales, todo eso le ha
creado un trauma existencial con el que se arrastra, corriendo detrás de una
utopía, la isamítica. Además, como dice el refrán, “poderoso caballero es don
dinero”. Muchos de sus mentores y empleados (excesivos en número) se rinden
fácilmente delante de los dólares (corrupción) y eso, sumado a las deudas y al
manejo dudoso de los bienes dichos “comunitarios”, cae bajo la sentencia
evangélica: no se puede servir a dos señores: o se sirve a Dios o al dinero.
La misma carrera política de que ha sido trampolín
la radio para tantas personas, no habla a su favor. También aquí vale lo de que
se sirve a un solo señor. O, si se quiere, a dos, a saber: a Dios y a su
representante visible, el Obispo. Ojo: Gonzalo ya no está. Ahora hay uno
llamado Celmo ¿Cómo están con él?...
Entonces, la ciudadanía augura que estos
“problemas técnicos” sirvan para hacer recapacitar a los responsables de la
radio y enderezar caminos. Si los que ahí trabajan, (ya sin el mal dirigente
que fue Alcivar, aunque siempre con la compañía del triste Cañar) se deciden a
hacer un retiro espiritual, un tiempo de adoración ante el sagrario y pasan por
una buena confesión, otra será la radio. Hasta se acabarían los “problemas
técnicos” y sería, de una vez, una verdadera radio al servicio del Vicariato.
O sino, que haga como tantas otras radios
prósperas e independientes de Sucumbíos que emiten sin problemas técnicos ni
ideológicos sin utilizar el nombre de la Iglesia.
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