Jorge
Costadoat es un teólogo de la liberación jesuita chileno admirado por los isamitas
más instruidos (son raros). Artículos de este jesuita con olor a cabra son
publicados de vez en cuando por algún blog isamosucumbiense, por Atrio, Redes
Cristianas, CristianosGays, Fe Adulta y otras yerbas.
Como medida disciplinaria, el Cardenal de Santiago
de Chile Ricardo Ezzatti, acaba de destituirlo como profesor en la Pontificia
Universidad Católica de Chile. Jorge Costadoat se desempeñaba hasta ahora como
director del Centro Teológico Manuel Larraín y era profesor asistente en la
Facultad de Teología de la UC.
Esta joyita sostiene tesis claramente heréticas
sobre la moral católica, manifestándose a favor del reconocimiento de las
uniones homosexuales dentro de la propia Iglesia y de la comunión a los
divorciados vueltos a casar, entre otras originalidades. En suma, es un
ideólogo muy misericordioso y lleno de ternura.
En un comunicado, Costadoat explica que “hemos estado trabajando por hacer
inteligible el Evangelio a la gente de nuestro tiempo. No creo que en una
universidad se pueda enseñar sin libertad”.
El Evangelio es Buena Nueva para todos los tiempos
sin necesidad de adaptaciones que lo mutilen (como hizo, por ejemplo, Lutero).
Más bien el cuidado debería ser el de adaptar a la gente de nuestro tiempo al
Evangelio, algo impensable en un teólogo de la liberación.
Y en cuanto a la libertad… hay que saber qué
concepto tiene este “teólogo” sobre ella. Porque si es el de la revolución
francesa o el de la bolivariana. O, sin ir más lejos, el de la revolución
“indigeno-carmelo-isamita” que para lo que no afinaba con sus posturas, cavó
zanjas, encadenó puertas, lanzó piedras y emitió ondas maléficas a través de la
“compañera solitaria”. En esta concepción, la libertad vale si es la del gusto
de isamis. Porque para los enemigos, ni justicia.
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