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lunes, 9 de marzo de 2015

“El poder queda en familia” dice El País


En Nicaragua hay un gobierno isamita, igual que en Cuba y en Venezuela.

Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, ha nombrado canciller a su esposa, y asesores a cuatro de sus hijos.

Con sus decisiones, el mandatario se salta la Constitución.

Las voces críticas ven en su política una reedición del somocismo.



Pero para los isamitas lo grave son “los coletazos del imperio”. El “bolivarianismo” es la formula más democrática, igualitaria y participativa: En Nicaragua es el nepotismo más puro y duro, una familia entera que entra en el gobierno. Más o menos como pretendió incrustarse en el Vicariato y en el gobierno municipal una cierta familia Torres...

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