En Nicaragua hay un gobierno isamita, igual que en Cuba y en Venezuela.
Daniel Ortega, presidente de
Nicaragua, ha nombrado canciller a su esposa, y asesores a cuatro de sus hijos.
Con sus decisiones, el
mandatario se salta la Constitución.
Las voces críticas ven en su
política una reedición del somocismo.
Pero para los isamitas lo
grave son “los coletazos del imperio”. El “bolivarianismo” es la formula más
democrática, igualitaria y participativa: En Nicaragua es el nepotismo más puro
y duro, una familia entera que entra en el gobierno. Más o menos como pretendió
incrustarse en el Vicariato y en el gobierno municipal una cierta familia
Torres...
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