PROFESIÓN SOLEMNE DE FR. DAVID DEL ESPIRITU SANTO Y FR. RODOLFO DE LA MADRE DE DIOS EN COCHABAMBA, BOLIVIA.
El blog de los carmelitas de Burgos publica la noticia de una profesión solemne de dos nuevos frailes en Bolivia. Muy buena noticia, por cierto.
En la ceremonia, se los ve vestidos de riguroso hábito, como debe ser.
En la ceremonia, se los ve vestidos de riguroso hábito, como debe ser.
Pero la pregunta se impone ¿Por qué solo ponerse el hábito el día de la profesión y después colgarlo indefinidamente en un ropero o botarlo a la basura?
En los críticos tiempos recientes está siendo así: Para le celebración y para la foto, ciertos religiosos se presentan impecables. Pero en su día a día, haciendo misión y yendo a la gente (“a las periferias existenciales” diría Francisco) van vestidos como los vimos por aquí a los frailes Gallego, Berdonces, o Cantero, para no citar al Vicario emérito, a los difuntos y a los que dejaron la orden… después de haber dejado el hábito.
Allá por los años 40 o 50 del siglo pasado, se veía a los carmelitas en las selvas, en las canoas, en las humildes chozas, en toda circunstancia, con frio, calor o lluvia, vestidos de su hábito religioso con lo cual daban excelente testimonio, al tiempo que se defendían de la mundanidad ¡Eran las buenas épocas en que había vocaciones!
Más tarde, todo cambió: después de dejar el hábito, acabaron dejando la provincia, dejando también un triste recuerdo de los nefastos últimos 40 años y una nostalgia de los otros primeros lindos 40.
Lo expresado no es fruto del vituperio, la petulancia o de la burla: es una simple constatación más que evidente ¿Quién puede negarlo? Solo lo niegan los isamitas, fautores… y víctimas de su propio desacierto.
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