EL PAIS, ROGER SALAS Madrid 8 JUN 2014
Ocho miembros del Ballet Nacional de Cuba [BNC] abandonaron la gira que la compañía titular cubana está realizando en San Juan de Puerto Rico, acogiéndose al asilo político que pueden obtener inmediatamente los cubanos al pisar suelo norteamericano. El BNC estaba realizando hoy domingo su última función en esa isla del Caribe, acompañados de su directora Alicia Alonso, cuando se verificó la falta de ocho integrantes jóvenes de la plantilla, cuyos nombres aún no han trascendido; una fuente de la disidencia cubana de Miami elevaba a 11 las deserciones, extremo aún no confirmado.
Esta fuga masiva es la más numerosa en años, y recuerda la de los 10 de París en 1966, cuando una decena de artistas del ballet cubano se quedó en Francia. Ayer día 7 precisamente moría en Berlín el coreógrafo Ricardo Núñez (La Habana, 1945), uno de los últimos sobrevivientes de aquella gesta de 1966, una noticia que le dio la vuelta al mundo y que diezmó seriamente la plantilla habanera, al encontrarse entre ellos primeros bailarines y figuras destacadas. Los ocho artistas que han decidido no volver a La Habana en San Juan, según la misma fuente miamense, rondan los 25 años de promedio y algunos de ellos, era la primera vez que lograban salir de Cuba.
El Padre Pedro Pierre de
El Telégrafo diría que esta fuga responde a “coletazos del imperio” y que estos
exilados políticos son unos pelucones…
Ese comunista (perdón, “columnista”),
tan pródigo en dirigir piropos a Cuba, al Che y a Fidel, es incapaz de
solidarizarse con el sufrimiento de un pueblo que ni la danza o el deporte
consigue aliviar su fracaso y su dolor.
Estas víctimas no pueden
realizar su destino feliz en su país, junto a su familia, y prefieren mil veces
irse Puerto Rico o a los Estados Unidos, que quedarse en la “isla prisión”
donde solo es próspero Fidel Castro que posee un inmenso y grosero capital, mientras el pueblo padece hambre y miseria.
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