Isamis, una vez más, se cree el dueño del Vicariato y nos habla de “agendas paralelas”. Lo que vivimos en nuestra catedral fue una fiesta católica, universal. Para isamis no fue fiesta, fue una conspiración… que dicen que no es novedad porque viene aconteciendo “en los últimos tres años y más”. Solo están a gusto bajo el báculo (inexistente) de Monseñor Gonzalo.
Después nos hablan de la unidad y de que Jesús quería que en la última cena todos fuesen uno. ¿Por qué lloran con el ojo izquierdo y no con los dos ojos??? Jesús quiere que seamos uno, pero Isamis quiere que sean ellos, solo ellos, y nadie más que ellos. Lo que no es “ellos” son “conductas sostenidas por un grupo de personas…” Ninguna precisión o explicación ¡Es una obsesión! Y eso que nos hablan a todo momento de “inclusión”.
Pretenden darnos “pruebas” de las malas conductas de gente no isamita. “He aquí algunas notas:” En primer lugar aparece una fotografía de unas personas que tienen un lugar de honra en el templo, sentadas en sillas espaciales. Son autoridades. Entre ellas hay un militar uniformado. ¡Horror! Autoridades y uniformes no son del gusto igualitario y populachero de Isamis. Después dan el “testimonio” (anónimo, como todas las cosas de Isamis) de una persona que no pudo entrar en la catedral. ¡Es que era la fiesta del pueblo y estaba llena de gente celebrando! La persona del testimonio dice que se volvió a su casa porque afuera había mucho sol. Por lo visto no tenía mucho entusiasmo…La nota dice que como esa persona, muchos no pudieron entrar. Y concluye: “La catedral sigue siendo ocupada por un grupo que se cree dueño del templo”. Esto es de reír, ya que ellos se creen dueños de todo el Vicariato. Además, a la catedral los isamitas la tuvieron durante muchos años abandonada y sin usar. Desde hace tres años recomenzaron los trabajos y ahora que está lista y abierta a los fieles, declaran que “un grupo se cree dueño” de ella… cuando en la Eucaristía de Mons. Celmo estaba ocupada por los más variados habitantes nuestra provincia, autoridades, pueblo y muchos Obispos de nuestra Iglesia!
Parece que el acto penitencial no fue del agrado de Isamis. Entonces hacen un acto de reivindicación y de revolución (lo contrario a la penitencia) con lo cual muestran sus malas disposiciones para pedir perdón y para tomar el camino de la conversión. Qué bueno que no hicieron ese acto farisaico. El diablo se pisa el rabo…
Dicen que no se hizo mención en la Misa de Mons. Gonzalo y de los carmelitas. ¿Pero para qué meter el dedo en la llaga? Si es claro que la Iglesia quiso borrar y sustituir todo ese modelo de pastoral fracasado. Recalcan que el Papa Francisco tiene actitudes misericordiosas (¡que lo imiten!) y que en el documento de nombramiento de Mons. Celmo no hay condena a la Iglesia de Sucumbíos (léase Isamis). ¿Cómo el Papa va a evocar esa página triste y sombría en el momento en que la aurora va brillando en nuestro Vicariato? ¿Creen que Francisco tiene el mal gusto y el resentimiento que los corroe a ellos?
No podía faltar: también reclaman su ritual idolátrico que llaman del compartir o, mejor, reclaman sus dolarcitos. La cosa tiene que ser como ellos quieren, es decir, para ellos. El Obispo, los sacerdotes y el Vicariato no tienen nada que chistar.
Por fin, declaran que las celebraciones de Mons. Celmo impidieron un “Momento Nuevo”, con mayúsculas (?). ¡Pero si son ellos los que quieren retroceder al momento antiguo!
A
vino nuevo, odres nuevos
Nadie cose un
remiendo de paño sin
tundir en un vestido viejo,
pues de otro modo, lo añadido tira de él, el paño nuevo del viejo,
y se produce un desgarrón.
A
ver si se ponen en orden con el Evangelio y se transforman en heraldos
del Evangelio (sin segunda intención…)
A continuación el artículo de isamis de cual hemos comentado:
sábado, 15 de
febrero de 2014
GRAN FIESTA de
la IGLESIA DE SAN MIGUEL DE SUCUMBIOS. POSESIÓN de
MONS. CELMO OBISPO DIOCESANO (5 de 10)
La
Eucaristía de la posesión de Mons. Celmo como Obispo Vicario del Vicariato
Apostólico de San Miguel de Sucumbíos, fue una gran experiencia de alegría en
el Señor, de la Comunidad Eclesial de Sucumbíos como dice el Papa. Se realizó
como había preparado la Comisión de liturgia de la Iglesia Local. Sin embargo,
en esta ocasión, no estuvo libre de las otras intenciones de la agenda paralela
que se denunció a su debido momento en el tiempo de preparación. Esto ya había
ocurrido en los últimos tres años y más. Por eso, no era ninguna novedad.
La
Eucaristía instituida por Jesús, fue un momento lleno de unión, comunión y
fraternidad. El gran sueño del Reino se recogió en la comida de la Pascua, su
entrega y sacrificio, el pacto de la nueva alianza para “que todos sean uno”,
fue una comida comunitaria. Todos comieron del mismo pan, no hubo comidas
especiales. Pero desde luego, estuvo llena de tensiones, también de traición y
de división, pero a pesar de todo Jesús quería “que todos sean uno”.
Lamentablemente
nuestra Eucaristía de Posesión estuvo acompañada de conductas sostenida por un
grupo de personas que no van en dirección del deseo de Jesús. Los presentes
fuimos testigos de lo ocurrido. Aquí algunas notas.
Un
testimonio.
Nosotros
vinimos desde muy temprano de nuestras casas, porque vivimos lejos a tres horas
de aquí (Lago Agrio). Participamos en la Caminata y cuando llegamos a la
Catedral y quisimos entrar a la Misa, ya no pudimos porque había unas personas
que hacían un cordón entre brazos e impedían que ingresemos. Por eso, mejor nos
volvimos porque afuera hacía mucho sol”. Como este testimonio fueron muchísimos
los casos, que dejaron en evidencia la exclusión una vez más. La Catedral sigue
siendo el lugar ocupado por un grupo que se cree dueño del Templo.
El acto
penitencial.
Estaba
programado que la Pastoral Urbana realizara esto. Desde días anteriores hubo
hostigamiento para evitar que presente como lo había organizado. Casualmente en
la ceremonia, los jóvenes que tenían que presentar fueron impedidos de ingresar
a la Catedral. Lo que se quería presentar era la división de nuestra Iglesia,
el reconocimiento de nuestro pecado personal, comunitario y estructural, pero
que a pesar de todo Dios tiene misericordia. Porque tenemos miedo a reconocer
humildemente que somos pecadores?. Hemos comprendido una vez más que el pecado
además de personal, es estructural. Hay estructuras de pecado.
Borrar la
memoria de una Iglesia, borrar la memoria de un pueblo.
A pesar
que el Papa Francisco lo señala en el Nombramiento sobre la sucesión apostólica
de Mons. Gonzalo a Mons. Celmo, para nada hizo mención de Mons. Gonzalo, peor
de los Carmelitas. Una muestra más de una Iglesia de Sucumbíos, condenada en su
historia, y una actitud nada sensible a la dolorosa situación de división que
nos ha tocado vivir y que la inventaron otros. Esta actitud no guarda relación
con la actitud misericordiosa que impulsa el Papa Francisco, y que en el
documento del nombramiento para nada aparece condena alguna sobre nuestra
Iglesia de Sucumbíos.
La ofrenda
o colecta impulsada
estos últimos años por la Pastoral del Compartir, fue boicoteada una vez más.
Pero fue tan sutil el boicot, que nos dimos cuenta después. Lo que está claro
es que en cierta idea de Iglesia, no hay espacio para la generosidad,
Si en la
Eucaristía hemos sido testigos de estos actos, más aún antes y después de la
misma hubo tantas situaciones que intentan impedir nuestras aspiraciones de un
Momento Nuevo. Pero esto merece una nota aparte. A pesar de todo,
apostamos por el Momento Nuevo que ya empezó.
Hasta aquí el artículo de la secta isamis.
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