Los marxistas de diversos colores celebran el aniversario del paso a la eternidad (¿a qué eternidad?...) del Che Guevara.
En nuestro medio, ciertos isamitas se enternecen con el guerrillero asesino al que llaman “un defensor de los más pequeños”. En vida, el “Che” habría sido un luchador por la justicia.
Hasta el Obispo Pedro Casaldáliga le dedicó una poesía en su muerte. “Yo, Che, sigo creyendo en la violencia del Amor: tú mismo decías que “es preciso endurecerse sin perder nunca la ternura”.
"El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar".
(Primera edición: En La Habana, Cuba, el 16 de abril de 1967, en forma de folleto como suplemento especial para la revista Tricontinental, órgano del Secretariado Ejecutivo de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL).Esta edición: Marxists Internet Archive, 1999; Corregida, enero 2013. Fuente del texto: Biblioteca de Textos Marxistas en Internet).
Ernesto Che Guevara no solo practicó el homicidio en serie, sino que lo hizo su ideal y llegó a elaborar una teoría para perpetrar la muerte.
Mientras los amigos de isamis lloran lágrimas de dolor por el ajusticiamiento del criminal, innumerables latinoamericanos que fueron sus víctimas, se alegran por el desaparecimiento de esta “efectiva, violenta, selectiva y fría” máquina de muerte.
En todo caso, que descanse en paz.
Ernesto Che Guevara no solo practicó el homicidio en serie, sino que lo hizo su ideal y llegó a elaborar una teoría para perpetrar la muerte.
Mientras los amigos de isamis lloran lágrimas de dolor por el ajusticiamiento del criminal, innumerables latinoamericanos que fueron sus víctimas, se alegran por el desaparecimiento de esta “efectiva, violenta, selectiva y fría” máquina de muerte.
En todo caso, que descanse en paz.
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