Para
el poeta nicaragüense -quien en 1983 fue amonestado públicamente
por el fallecido pontífice, hoy San Juan Pablo II, por ser ministro
sandinista y simpatizar con la Teología de la Liberación- el actual
papa, el argentino Francisco, "lo está haciendo, más que con
palabras, con hechos. Es una revolución lo que está haciendo en El
Vaticano, lo que significará, en parte, una revolución en el
mundo".
Ernesto
Cardenal acusó a Juan Pablo II y a Benedicto XVI de dedicarse “a
desmantelar toda la renovación de la iglesia de Juan XXIII”.
Esta es la opinión de un
exótico personaje que es a la vez guerrillero, poeta y teólogo de
la liberación. Se trata del nicaragüense y ex sacerdote llamado
Ernesto Cardenal. Él no tiene pelos en la lengua y dice sin eufemismos lo que otros no se atreven a decir por miedo a desenmascararse. Ernesto Cardenal, a pesar de su chochera, bien podría ser un portavoz de la corriente isamita que aplaude a Juan XXIII, critica a Juan Pablo II y celebra –o dice que celebra- el pontificado de Francisco. De un “Francisco” forjado por la ideología que profesan. Hacen con el papa actual lo mismo que con el concilio Vaticano II. Lo reinventan.
“La esperanza es lo último
que se pierde”, dice un conocido refrán. Es claro que en Isamis ya
perdieron la fe y la caridad.
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