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domingo, 25 de mayo de 2014

No se puede ser católico negando la fe católica

24/5/14.Así empezaba la redacción de la noticia que InfoCatólica dio en primicia para todos los católicos de lengua española sobre la excomunión de los líderes de Somos Iglesia:
Este es el final de un largo enfrentamiento entre el movimiento «Wir sind Kirche» («Somos Iglesia») y el Vaticano.
Y Mons. Manfred Scheuer, obispo de Innsbruck, encargado de hacer pública la excomunión -tras el visto bueno de Roma- ha dicho que la misma no es “una victoria, sino siempre una derrota para la Iglesia. Con gran tristeza veo que, hasta ahora, las personas interesadas no se han retractado".
Ciertamente las excomuniones no son una victoria para nadie. Son una desgracia. Pero por muy desgraciadas que sean, a veces no hay más remedio que acudir a ellas. Lo hicieron los apóstoles y lo ha hecho la Iglesia durante siglos. Por mucho dolor que suponga tener que decirle a alguien que está excomulgado, no olvidemos que en no pocas ocasiones esa medida ha servido para que el fiel excomulgado vuelva sobre sus pasos, se arrepienta y vuelva a la comunión eclesial. Ocurrió también en tiempos de la era apostólica, como da testimonio San Pablo en su segunda epístola a los corintios, donde cuenta la reconciliación de un adúltero -se acostaba con la mujer de su padre-.
El problema con “Somos Iglesia” es que jamás han sido Iglesia ni nunca han tenido intención de serlo, por mucho que se pusieran ese nombre. Es decir, desde que “nacieron” no han dejado de manifestarse pública y pertinazmente contra la fe, la doctrina y las enseñanzas morales de la Iglesia Católica. Pretende ser católico negando la fe católica es como querer ser protestante negando el sola fide o el sola Scriptura y el libre examen. Algo absurdo.

Con todo, la excomunión a Martha Heizer y su esposo, Eheman Gert, no ha venido dada por su condición de herejes -en mi opinión lo son- sino por simular la celebración de la Eucaristía, uno de los “graviora delicta” que son juzgados por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Ciertamente hay un componente doctrinal en ese delito canónico, pues el que lo comete demuestra que se pasa por el forro la fe católica sobre el sacramento de la Eucaristía y el sacramento del orden. Pero no se ha dicho que les corresponda la excomunión según el artículo 1364.1 del Código de Derecho Canónico. Lo aplicado en este caso lo pueden leer ustedes en este enlace.
La respuesta de Martha Heize demuestra su empecinamiento y necedad:
No aceptamos el decreto y, por el contrario, lo rechazamos. No aceptamos el proceso en su estructura y, consecuentemente, no aceptamos tampoco la condena. Seguiremos empeñándonos con mayor fuerza para la reforma de la Iglesia católica. Justamente esta forma de proceder demuestra cuán urgente necesite una renovación.
Pues muy bien. Puede decir y empeñarse en lo que le venga en gana. Como si quiere cantar la canción del premio de los Maestros Cantores de Wagner en la plaza de San Pedro. Está excomulgada y si no se arrepiente, morirá fuera de la comunión de la Iglesia. En ese caso, Dios no lo quiera, ni siquiera podrá recibir las exequias cristianas. Y con ella, su marido.

Mons. Paprocki excomulga a una mujer «ordenada» sacerdote
El día 5 de mayo de 2014, la norteamericana Mary F. Keldermans participó en una ceremonia en la que fue «ordenada» sacerdote. La Sra. Keldermans, casada y madre de familia, pertenece al grupo denominado Roman Caholic Womenpriests, Inc. (Mujeres Sacerdotes católicas), muy activo en Estados Unidos, que no sólo defiende la ordenación sacerdotal de mujeres, contra la doctrina definitiva de la Iglesia, reiterada recientemente por el Papa Francisco, sino que también realiza periódicamente «ordenaciones» de mujeres, que son siempre inválidas.
(InfoCatólica) 24/05/14.-Mons. Thomas John Paprocki, Obispo de Springfield (Illinois) emitió ayer un decreto de excomunión incurrida latae sententiae (es decir, de forma automática) por Mary F. Keldermans. Además, advirtió a los fieles de que «aquellos que participan consciente e intencionadamente en estas actividades cismáticas también incurren en una excomunión automática».
El obispo escribió a Keldermans en abril, pidiéndola que reconsiderase su plan de participar en el simulacro de ordenación. Ella, sin embargo, continuó adelante con la ceremonia, que tuvo lugar en la iglesia unitaria universalista de Abraham Lincoln. Mons Paprocki había explicado anteriormente que el lugar de la ordenación inválida «es en sí mismo una clara indicación de que no será una ceremonia católica».
Según un artículo escrito por Steven Spearie en el State-Journal Register, la propia Mary Keldermans afirmó que su «idea de ser sacerdote es liderar las oraciones de la comunidad» y añadió que «estoy formalizando lo que siempre he hecho». También señaló que, cuando dejó de ir a Misa hace cinco años, lo que la sostuvo fue el «apoyo espiritual» de la conocida monja heterodoxa Joan Chittister y de un pequeño grupo de mujeres de Springfield.
Parece ser que «la gota que colmó el vaso» fue escuchar cómo se demonizaba a los gays y lesbianas como «moralmente intrínsecos» y que los miembros de la Iglesia le dijeran a quién tenía que votar.
Keldermans considera que Roman Catholic Womenpriests es «un movimiento en la iglesia. No nos estamos separando. Las mujeres sacerdotes serán la norma dentro de cincuenta años. ¿Por qué no ahora?»
Se da la circunstancia de que estos días se celebra el 20º aniversario de la publicación de la carta apostólica Ordinatio Sacerdotalis, en la que el Papa Juan Pablo II declaró solemnemente: «Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia».

La altivez arrogante, empecinada y necia de esta gente no para ni cede, siguen los pasos de su mentor, el padre de la mentira. ¡En pleno siglo XXI dos Obispos lanzan sendas excomuniones! 
¡Isamitas: Aprendan lecciones y piensen en retractarse!
Con la Iglesia –y con la salvación eterna- no se juega. En los últimos años ya han tenido demasiadas advertencias ¡y tristemente todas han sido en vano! Si no recapacitan, acabarán perdidos como estas pobres mujeres.
Mucha gente sensata que simpatizaba con Isamis y que se chocó con los desvíos que fueron oportunamente denunciados, ha recapacitado y volvió al redil de la Iglesia. O si no volvió, al menos dio un primer paso desertando de la iglesia Isamis. Pero los pastores y líderes isamitas están anclados en su error. Que la Virgencita del Cisne se apiade de ellos, les toque el corazón y los convierta.

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