Con qué desvergüenza se afirma, reafirma y recalcitra en
cosas que la evidencia de los hechos y la perspectiva del tiempo no hace más
que desmentir.
Por ocasión de la muerte de Mons. Gonzalo, algunas voces
se han hecho oír para recordarlo con cariño, cosa que es normal y bienvenida.
Lo que no se puede aceptar es la mentira y la calumnia.
El blog del Padre Eduardo Sanz de Miguel, Carmelita
Descalzo de Burgos residente en Roma, publica una semblanza de Monseñor
Gonzalo, muy desajustada de la realidad. A la vista de la preparación
intelectual y de la abundante labor pastoral del Padre Eduardo, sorprende la
ligereza con que emite juicios infundados, desconociendo o contrariando lo que
vivimos en Sucumbíos.
Leer aquí si artículo completo:
Comentamos esta vez solo un párrafo (más adelante
volveremos al tema) de su nota.
En un momento, haciendo la biografía del que fuera
Vicario Apostólico en Sucumbíos, dice:
"(…)
Inesperadamente llegó la noticia de que tanto él como
los otros misioneros carmelitas serían reemplazados por los miembros de un
grupo ultraconservador. Le acusaban de apoyar la teología de la liberación y de
cosas parecidas."
“Inesperadamente” le habrá llegado la noticia al Padre
Eduardo, porque hacía años que en Sucumbíos estábamos esperando un relevo. No
solo por la edad del Obispo sino también por la manera de organizar su
pastoral, contraria a los intereses de la Iglesia misma.
(Ver informe final de la Visita Apostólica que realizó
Mons. Filipo Santoro en diciembre de 2009, cuando era Obispo de Petrópolis. Actualmente
Mons. Santoro es Presidente de la Comisión Episcopal para los Problemas
Sociales, Laborales, de la Justicia y de la Paz de la Conferencia Episcopal
Italiana.
https://genus21.wordpress.com/2011/06/07/sucumbios-retrospectiva-2008-2009/ . Ver
también la carta del Cardenal Prefecto de la Congregación de los Pueblos, Iván
Días, dirigida a Mons. Gonzalo en octubre de 2010. “En la misiva el Cardenal
criticaba que "la visión pastoral
llevada adelante por usted no siempre era conforme con la exigencia pastoral de
la Iglesia"
por
lo que "el nuevo Administrador
Apostólico tendrá que organizar el Vicariato e implantar de manera diferente
todo el trabajo pastoral".
No remplazaban a los carmelitas “miembros de un grupo ultraconservador” sino religiosos de una
Sociedad de Vida Apostólica de Derecho Pontificio, perfectamente en comunión
con la Iglesia de Roma y de Ecuador y, por cierto, con una sensibilidad bien
diferente a la de los Carmelitas venidos de Burgos.
No está claro en la redacción del Padre bloguero quién o
quiénes acusaban a Monseñor Gonzalo y a los carmelitas de “apoyar la teología de la liberación y otras cosas parecidas” (?) Es
un hecho notorio que fue bajo las banderas de esa teología que los carmelitas
operaban en Sucumbíos. Nunca lo ocultaron. Más que una acusación (palabra que
suena a calumnia), se trata de una pacífica constatación que no fue desmentida
por Monseñor Gonzalo ni por sus frailes.
Al opinar sobre el cambio de administración en el
Vicariato criticando al tal “grupo
ultraconservador” del que no quiere dar el nombre (¿por qué será?) y al dejar
como víctima a los carmelitas, sus hermanos de hábito (hábito que no usaban en
Sucumbíos), el autor de la nota contesta olímpicamente la decisión del Papa,
del Cardenal de la Evangelización de los Pueblos, del Visitador Apostólico, del
Nuncio Apostólico en Ecuador (excelente diplomático que lleva más de once años
de servicio en nuestro país), de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, y, por
supuesto, del Administrador Apostólico que remplazó a Monseñor Gonzalo en
obediencia al mandato recibido.
Es oportuno recordar aquí que Benedicto XVI, en su libro-entrevista
“Luz
del Mundo”, publicado precisamente en Octubre de 2010, cuando se daba
el cambio de administración en nuestro Vicariato, cita elogiosamente a los
Heraldos del Evangelio: “jóvenes llenos de entusiasmo por
haber reconocido en Cristo al Hijo de Dios y por anunciarlo al mundo”; son
la prueba que también en Brasil – donde han nacido – “se asiste a grandes renacimientos católicos”.
Se comprende que un carmelita de Burgos haga cuerpo con
Isamis, a pesar de que dicho “grupo ultra reformador” ya está muerto y
enterrado.
Lo que no se acepta es la mentira y la calumnia, y menos,
venida de un religioso.
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