Para
constatar hasta qué punto los carmelitas españoles de Burgos (que son los padres
de Isamis) se han apartado del espíritu de su Orden y están inmersos en la
mundanidad (tan denunciada por el Papa Francisco), vean estos saludos y votos
de año nuevo:
El
Rotary Club, el emporio Disneylandia o ciertos complejos turísticos ajenos a la
moralidad de Las Vegas o de Cancún, celebran el año nuevo de la misma manera:
derrochando dinero y silenciando a Dios (nadie puede servir a dos señores…). Si
bien las luces artificiales son bellísimas… son artificiales. Falta la Luz por
excelencia: el Señor, la fe, la esperanza.
¡Falta
el carisma carmelitano! Con este talante ligth
los carmelitas de Burgos reciben el año nuevo, un año tan cargado de amenazas y
de esperanzas.
El
video en cuestión es una producción del Carmelo de León. Pero resulta que con
la disminución de vocaciones, los carmelitas de España parece que se han
fusionado en una sola provincia, lo que significa que León, Burgos o Tenerife
tienen la misma “obediencia” (palabra que nos les gusta).
¿Hasta
cuándo? Porque la disolución del carisma va paralela a la disminución de
efectivos.
Otro
ejemplo de masacre del carisma teresiano: http://www.ocdiberica.com/es/noticia/90/feliz-ano-nuevo-con-taize-1/ver
Celebran
la Navidad no con fuegos artificiales sino con espiritualidades artificiales…
¿Se la imaginan a Santa Teresa haciendo oración inter- confesional??? Ellos sí,
por supuesto. No los buenos carmelitas, qué los hay.
En
Ecuador, los frailes isamitas habrán celebrado el año homenajeando a la
Pachamama con los chamanes, entre chicha, limpias y catarsis.
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