En el momento en que Francia cierra sus fronteras, en que la Europa unida –sueño de miles de ingenuos- se resquebraja y en que los pueblos más poderosos se unen en alianzas bélicas para destruir esa amenaza letal de fusilar y degollar en nombre de un supuesto dios, este Pierre sigue repitiendo que la verdadera amenaza es “el intervencionismo norteamericano y su espíritu maligno de avasallador y guerrero” (…) “Hay que condenar también a Europa, que ha pasado a ser mediante la OTAN (Organización del Tratado militar del Atlántico Norte) una sucursal de Estados Unidos en sus empresas guerreras . Y Francia, que ha bombardeado muchos países árabes.” O sea, que eso de “sin fronteras”: NADA. Exclusión del panorama a Francia, a Europa y a Estados Unidos (esta vez se olvidó de Israel).
Termina su cacareo citando a otro cura llamado Pierre (cura y Pierre, como él ¿ven que tartamudea?) que escribió un poema sentimental y utópico: “(…) Seguiré construyendo mientras otros se dediquen a destruir./ Seguiré hablando de paz en medio de la guerra./ Seguiré irradiando luz en medio de la oscuridad./ Seguiré gritando mientras otros callen./ Dibujaré sonrisas en rostros llorando (…).” ¡Qué lindo! Con el fondo musical de los tiros y de las bombas y en medio de un baño de sangre… Muy romántico.
Pero ¿Qué es más peligroso: un yihadista confeso y asesino… o un columnista tartamudo, mentiroso y pirómano que echa fuego donde se necesita agua y ahoga en agua la mente de sus pobres lectores que precisan lucidez y la chispa de un intelecto lógico? Más que romántico es peligroso…
“No he venido a traer la paz sino la espada” (Mt. 10, 34) Que nos explique esta frase de Jesús en su próximo artículo.
En el más puro y burro estilo isamita, concluye con el cacareo “una/uno/nosotros/nosotras”: “La fraternidad sin fronteras comienza con cada una y cada uno de nosotras y nosotros”.
¡Hasta cuándo tendremos que soportar los infundios de este “refugiado”! (ojo, que se ha comprobado que no todos los refugiados son trigo limpio…)
Termina su cacareo citando a otro cura llamado Pierre (cura y Pierre, como él ¿ven que tartamudea?) que escribió un poema sentimental y utópico: “(…) Seguiré construyendo mientras otros se dediquen a destruir./ Seguiré hablando de paz en medio de la guerra./ Seguiré irradiando luz en medio de la oscuridad./ Seguiré gritando mientras otros callen./ Dibujaré sonrisas en rostros llorando (…).” ¡Qué lindo! Con el fondo musical de los tiros y de las bombas y en medio de un baño de sangre… Muy romántico.
Pero ¿Qué es más peligroso: un yihadista confeso y asesino… o un columnista tartamudo, mentiroso y pirómano que echa fuego donde se necesita agua y ahoga en agua la mente de sus pobres lectores que precisan lucidez y la chispa de un intelecto lógico? Más que romántico es peligroso…
“No he venido a traer la paz sino la espada” (Mt. 10, 34) Que nos explique esta frase de Jesús en su próximo artículo.
En el más puro y burro estilo isamita, concluye con el cacareo “una/uno/nosotros/nosotras”: “La fraternidad sin fronteras comienza con cada una y cada uno de nosotras y nosotros”.
¡Hasta cuándo tendremos que soportar los infundios de este “refugiado”! (ojo, que se ha comprobado que no todos los refugiados son trigo limpio…)
Fraternidad sin fronteras
Pedro Pierre
Agradezco todas las muestras de solidaridad que se
expresaron con ocasión de esta dramática situación. Eso demuestra que no solo
nos sentimos nación ecuatoriana, sino también ciudadanas y ciudadanos del
mundo, vecinos de la ‘aldea global’, miembros de un solo cuerpo que es toda la
humanidad. Lo que afecta a uno o a unos nos afecta a todos.
Por otra parte, no podemos quedarnos solo en
lamentar y condenar, por lo más natural que sea. Para hacer retroceder esta
perversidad del terrorismo en nombre de Dios, hay que ir a las causas. Hay que
condenar el intervencionismo norteamericano y su espíritu maligno de
avasallador y guerrero: dedica ¡612.500 millones de dólares al Ministerio de
Defensa! (El presupuesto de Ecuador apenas llega a 30’000 millones). Además, en
varias ocasiones el Gobierno de Estados Unidos apoyó a estos terroristas para
combatir los rusos en Afganistán y los iraquíes en tiempos de Sadam Hussein.
Actualmente es el gran aliado de Arabia Saudita y Catar, dos países árabes,
grandes exportadores de petróleo a Estados Unidos)-: estos 2 países son los
grandes amigos del Califato islámico de donde provienen los terroristas.
Igualmente hay que decir que este Califato utiliza muchas armas originarias de
Estados Unidos, sin olvidar China, Rusia y Europa.
Hay que condenar también a Europa, que ha pasado a
ser mediante la OTAN (Organización del Tratado militar del Atlántico Norte) una
sucursal de Estados Unidos en sus empresas guerreras. Y Francia, que ha
bombardeado muchos países árabes. Se verifican los dichos populares: “Quien
siembra vientos cosecha tempestades” y “Cría cuervos y te destrozarán los
ojos”.
Hay que condenar también a la mayoría de los
grandes medios de comunicación internacionales financiados por el ministerio de
Defensa norteamericano y las grandes multinacionales del petróleo y de las
armas. Ellos se dedican a presentar lo más negativo, violento y retrógrado de
la religión islamista. ¿Por qué no fomentan un islam abierto, pacífico y
moderno como existe en varios países donde el islam ha sabido convivir
armoniosamente -como por ejemplo en Siria y Líbano- con otras tendencias
islámicas y con la religión cristiana?
Para aportar nuestro granito de arena a esta
necesaria y urgente fraternidad sin fronteras, he aquí el texto de un conocido
sacerdote francés, el ‘Abbé Pierre’, organizador de recicladores de los
basureros parisinos: “Seguiré creyendo mientras todos pierdan la esperanza./
Seguiré amando mientras otros produzcan odio./ Seguiré construyendo mientras
otros se dediquen a destruir./ Seguiré hablando de paz en medio de la guerra./
Seguiré irradiando luz en medio de la oscuridad./ Seguiré gritando mientras
otros callen./ Dibujaré sonrisas en rostros llorando./ Regalaré alivio cuando
haya sufrimientos./ Ofertaré motivos de alegría adonde haya solo tristeza./
Invitaré a caminar a aquel que decidió detenerse./ Abriré los brazos para
quienes se sienten agotados”.
La fraternidad sin
fronteras comienza con cada una y cada uno de nosotras y nosotros. (O)
No hay comentarios:
Publicar un comentario