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sábado, 5 de julio de 2014

Recemos… y no canonicemos.



Isamis celebró en estos días dos “pascuas”, como dicen. La del Padre Jesús Arroyo y la de Wilmer Pérez.

La del Padre Jesús Arroyo la celebraron en la iglesia Divino Niño tomada por la familia Torres. Dice que esa memoria se celebró en varios lugares del Ecuador (?) y de España. Y que en Sucumbíos se hizo “contando con la participación de diferentes sectores de la ciudad”, pero en la fotografía aparece el omnipresente Pablo Torres y, cuando mucho, unas quince personas.

Se ve también a diferentes personas tomar el micrófono y dirigirse a “los diferentes sectores” virtuales. Esos discursos ¿habrán sido al final o al inicio de la Eucaristía? Porque si fue durante la Misa, no es apropiado y fue mal hecho. Es la “misa” inventada por los isamitas en que todo el mundo habla y, si son mujeres, mejor (con lo cual se discrimina a los hombres y al sacerdocio ministerial). 

Una chica aparece sentada irrespetuosamente en el suelo junto al celebrante y, lo que es peor, se ve a la cruz en el suelo en lugar de enarbolarla como pide la centralidad de ese signo cristiano. Hay un cirio pascual encendido (siendo que no estamos en tiempo pascual). El celebrante aparece con un alba que parece una ropa de fantasma y no utiliza casulla, como mandan las rúbricas. Pero los isamitas dicen que en la Amazonía no se deben respetar esas cosas. Que gran diferencia con los sacerdotes heraldistas, con y sin botas, mucho más respetuosos de la liturgia.

Cuanto a la expresión del papa Francisco de “Iglesia en salida” hay que aclarar que se refiere a llevar el Evangelio como heraldos a los demás y no a salirse de la Iglesia para entrar en otra o fundar una nueva…

En todo caso, la oración por el eterno descanso del Padre Jesús Arroyo es debida. Que Dios lo tenga en su Gloria.

Otro “pascua” evocada en Isamis es la de Wilmer. Recemos por él.

No deja de ser preocupante lo que escribe el blog Sucumbiosecuadorpaz: “El proceso bolivariano impulsado por el Presidente Hugo Chávez le dio cauce a su naturaleza altruista, abierta a los/las más necesitados. Y Wilmer se entregó sin medida a promover las políticas a favor del pueblo de “abajo”. La enfermedad y la muerte de Chávez fue un golpe artero para Wilmer. Guardó una profunda herida por la desaparición física del presidente Chávez. ¡Qué falta le hizo “su Comandante”!”

Con semejante modelo es de temer que no esté a la derecha del Señor en el día terrible. Pero el evangelio de hoy atenúa ese temor: Dice Jesús que no vino por los justos sino por los pecadores.

Que a todos los pecadores nos perdone y nos acoja el Señor, especialmente a los que ya han fallecido. Porque los términos Pascua y Resurrección (que son usados por los isamitas como si proclamasen una canonización) se aplican inmediatamente a Jesús (de Nazaret, no Arroyo) y no a cualquiera, por más que sea un fraile hijo de Santa Teresa o un bolivariano, hijo de Hugo Chávez.



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