Las locuras
isamíticas siguen a la orden del día
El
Gobierno desafía a la física y dice que el cambio se debe a la recuperación del
camino de los pueblos del cono sur. El pais, madrid / MABEL AZCUI Cochabamba 25 JUN 2014
Reloj del Congreso en la plaza
Murillo de La Paz. / M. ALIPAZ (EFE)
La descolonización que promueve el Gobierno boliviano ha llegado a los relojes oficiales. Desde la celebración del nuevo año amazónico andino, las manecillas giran hacia la izquierda. El ministro de Asuntos Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca, ha explicado que el cambio se debe a la recuperación de la identidad de los pueblos de esa parte del mundo.
“Estamos en el sur y, como estamos en tiempos de recuperar nuestra identidad, el Gobierno boliviano está recuperando nuestro sarawi, que significa camino (en aimara). De acuerdo a nuestro sarawi, de acuerdo a nuestro Nan (en quechua), nuestros relojes deberían girar a la izquierda”, ha explicado el canciller.
El mejor ejemplo de este cambio descolonizador es el reloj que corona el frontis de la Asamblea Legislativa Plurinacional en la concurrida plaza Murillo de la ciudad de La Paz. Sus clásicos números romanos han sido sustituidos por los arábigos que, del uno al cinco, están a la izquierda y, del siete al once a la derecha. Los transeúntes que consultan la hora se quedan sorprendidos por el cambio y a más de uno le ha dado sensación de vértigo.
Para mostrar mayor convicción, Choquehuanca ha señalado que “el reloj solar, que es un reloj natural, gira a la izquierda en el sur y en el norte gira al otro lado”. Pero el físico Francesco Zaratti, dice que el sentido horario forma parte de convenciones universales, ajenas a ideologías, y menos a un significado discriminatorio. “La Tierra gira en sentido horario”, añadió.
No es la primera vez que el canciller Choquehuanca hace declaraciones que levantan polémica. En una ocasión consideró importante que los escolares incluyeran en su desayuno la hoja de coca, por tratarse de un vegetal con muchos valores nutricionales.
“Estamos en el sur y, como estamos en tiempos de recuperar nuestra identidad, el Gobierno boliviano está recuperando nuestro sarawi, que significa camino (en aimara). De acuerdo a nuestro sarawi, de acuerdo a nuestro Nan (en quechua), nuestros relojes deberían girar a la izquierda”, ha explicado el canciller.
El mejor ejemplo de este cambio descolonizador es el reloj que corona el frontis de la Asamblea Legislativa Plurinacional en la concurrida plaza Murillo de la ciudad de La Paz. Sus clásicos números romanos han sido sustituidos por los arábigos que, del uno al cinco, están a la izquierda y, del siete al once a la derecha. Los transeúntes que consultan la hora se quedan sorprendidos por el cambio y a más de uno le ha dado sensación de vértigo.
Para mostrar mayor convicción, Choquehuanca ha señalado que “el reloj solar, que es un reloj natural, gira a la izquierda en el sur y en el norte gira al otro lado”. Pero el físico Francesco Zaratti, dice que el sentido horario forma parte de convenciones universales, ajenas a ideologías, y menos a un significado discriminatorio. “La Tierra gira en sentido horario”, añadió.
No es la primera vez que el canciller Choquehuanca hace declaraciones que levantan polémica. En una ocasión consideró importante que los escolares incluyeran en su desayuno la hoja de coca, por tratarse de un vegetal con muchos valores nutricionales.
Es una regresión. Privan al
pueblo de los logros de la civilización y de la fe y lo fuerzan haciéndolo
volver al pasado, con toda la parafernalia de sus chamanes, maleficios, limpias,
lanzas, drogas, animalidades y barbaries.
Y los gastos que generan
estas originalidades ¿quién los paga? En Bolivia los pobres indios masca-coca
que ni siquiera saben ver la hora en el reloj y que esperaban en vano el fin
del mundo cuando estaba terminando el calendario maya.
Cambiar las fechas de navidad (como en
Venezuela)
Legalizar la marihuana (como en Uruguay).
Establecer el nepotismo
vitalicio y dictatorial (como en Cuba)
Llevar al país a la quiebra
(como en Argentina),
Atentar contra la vida y la
familia (como en Chile)
Gastar irresponsablemente millonadas
en la copa de fútbol (como en Brasil).
Descolonizar es también
independizarse de Roma en materia religiosa (como tentaron en Sucumbíos durante
el pontificado de López Marañón).
Todo eso lo paga el pueblo
democrático, autóctono y liberado…
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