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martes, 22 de abril de 2014

Isamis y la confesión

Un sacerdote jesuita venezolano llamado Miguel Matos –incondicional de Chávez y de Maduro- escribe abiertamente contra el sacramento de la confesión. Este eclesiástico es un conocido “isamita” que figura en Redes Cristianas (lo que es grave) y también el diario digital Prensa Popular Solidaria Comunista Mirandas (esto es gravísimo)

Ya sabíamos que la mentalidad isamita detesta la confesión y es entusiasta de Chávez y de Maduro. Pero lo que es más grave es que un religioso de esa ideología publique un ataque contra algo tan sagrado como es un sacramento… y que no sea sancionado por sus superiores religiosos o por su obispo. Aquí, al menos, los carmelitas fueron removidos por sus desvíos.


Es bueno que constatemos una vez más la falta de espiritualidad y de catolicidad de estos agitadores que solo nos hablan de acción social, popular y comunitaria. ¡Imaginen que su crítica a la confesión es que es “una práctica privada e individual”! Es la manía de lo comunitario, ese virus de la ideología comunista.

Al escribir contra la confesión dice: “Sé que sería extremadamente oportuno en este momento hacer un recorrido bien documentado de carácter histórico para enterarnos del por qué de esta evolución que ha sufrido la práctica del sacramento”. Y agrega: “Lastimosamente no me siento por ahora con esa competencia”. O sea, reconoce que hay que hablar con propiedad y con conocimientos… pero no tiene esa competencia! Entonces ¿”Por qué no te callas”? (diría el rey Juan Carlos).

Dice que la confesión “es percibida por una mayoría de los fieles normales fundamentalmente como lo más parecido a un instrumento de castigo y tortura”, lo que es una calumnia y una falsedad. Él se considera un “fiel normal” pero en realidad es un disidente totalmente fuera del camino cristiano, y considera a los que verdaderamente son fieles normales, que se confiesan, y que son la mayoría de los católicos practicantes, como anormales o traumatizados.

Los que quieran pueden leer las opiniones de ese jesuita chavo-isamita en este lugar: http://ee-san-ignacio.blogspot.com/p/una-experiencia-de-urgente.html

Todos nos acordamos muy bien de la furia y de las críticas de los isamitas a las confesiones que promovían en Sucumbíos los misioneros heraldos -con o sin botas- especialmente en adviento y en cuaresma. En ese artículo del padre Matos, están explicadas las razones de esa furia. Es un problema de fondo, irreconciliable. Si ellos acudiesen al sacramento de la reconciliación realizarían el anhelo mentiroso que pregonan de ser casa de comunión.

¿Alguna vez un “fiel normal” vio a un “isamita normal” confesándose? Y si llegó a verlo, ¿quién puede garantizar de que esa confesión fue sincera y no sacrílega? Si no hay dolor de los pecados y propósito de enmienda… Porque es evidente que no los hay.

Muchas veces el papa Francisco ha hablado de la confesión e incitó a los fieles a confesarse. Pero de esto no se han enterado los isamitas, tan apresurados a mentir diciendo que en el Vaticano andan a sus anchas el Padre Gutiérrez y fray Betto. Ellos solo se enteran de las cosas que escuchan con la oreja izquierda…

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