Otra del Padre Pierre

Leamos lo que él escribe y luego comentaremos:

Juventudes rebeldes, ¡adelante!
Pedro Pierre 

El Telégrafo, 1 de agosto de 2012 

¿Quién dijo: “¡Ay de aquella nación cuyos jóvenes no son rebeldes ni se manifiestan!”? Hoy podemos decir: Feliz la Patria Grande que tiene una juventud rebelde y que se manifiesta por “otro mundo posible, necesario y urgente”. Lo hemos visto en México durante las últimas elecciones: los jóvenes fueron actores nacionales muy activos y propositivos.

En Chile los estudiantes han obligado el Gobierno a revisar una educación totalmente privatizada en la era Pinochet. En Venezuela son miles y miles que apoyan un nuevo proyecto de país del presidente Hugo Chávez. En Bolivia se mantienen fieles al proyecto indígena del Bien Vivir. 

En Brasil son numerosos en los foros sociales mundiales y nacionales para apoyar una alternativa de globalización que no sea neoliberal. En Perú se movilizaron con la minería a cielo abierto y 2 de ellos ya han muerto en la resistencia al proyecto de la mina Conga. 

En Paraguay protestan por el golpe de Estado contra el presidente Fernando Lugo. En Colombia luchan por los derechos humanos y se solidarizan con los pueblos indígenas, hartos de los atropellos de las fuerzas beligerantes que destruyen su hábitat. En América Central se unen para la defensa del medio ambiente…

En Ecuador los jóvenes están presentes, tanto para defender al Presidente, cuando fue acorralado el 30 de septiembre del año antepasado; como para reclamar la aplicación de las leyes constitucionales a favor de la naturaleza y los pueblos indígenas.

En el libro bíblico de los Hechos de los Apóstoles se nos cuenta la historia del joven sentado en la ventana del salón, en el primer piso, donde se reunía una comunidad cristiana cuya reunión se alargaba, sin darse cuenta que el joven se durmió y terminó cayéndose… Cuando ya era tarde, la comunidad reconoció que no había sabido acoger al joven ni darle su espacio.

Cuántos vivimos todavía condenando a los jóvenes y satanizando a los negros, sin ver que somos nosotros que les preparamos la caída en los vicios y el camino de la delincuencia y la prostitución. Se les tilda de delincuentes y autores de muchas violencias, pero no se denuncia como primera violencia la de un sistema que no les ofrece una educación de calidad ni salarios dignos y les condena al desempleo, sistema del cual nos hacemos cómplices indiferentes.

Me gustó leer en un muro de la capital: “Joven: ¡prohibido ser mediocre!”, grito esperanzador de una generación que no se resigna a vivir a medias ni a aceptar la fatalidad engañosa de que las cosas no pueden cambiar.

COMENTARIO:

No se piense que tenemos animadversión con el Padre Pedro Pierre. Lo que sucede es que nos presenta un flanco… y caemos en la tentación. En ese sentido, puesto que no escribe banalidades, no es un periodista tan mediocre como hemos dicho alguna vez; lástima que no responde o refuta lo que decimos desde este blog. Bueno, somos anónimos y no tiene por qué responder. Aunque nuestra voz no deja de ser representativa: es la del consenso de la población que no está crispada por ideologías o por intereses. Así lo vemos. Así nos vemos, es nuestra pretensión…

Este columnista nos envenena con errores doctrinarios y con falsedades históricas.

Claro que los jóvenes tienen un brío y un idealismo maravilloso… pero no es anodino y hay que orientarlo. Por ejemplo, los estudiantes de la Sorbonne de 1968 o el Che Guevara, que son los paradigmáticos jóvenes para el ya anciano Pedro Pierre, no son modelos para nadie, todo lo contrario.

Habla de “miles y miles” de jóvenes que hoy apoyan proyectos revolucionarios en Venezuela, en México, en Brasil, en Bolivia, en Ecuador (“para defender al Presidente”…), en fin, en media humanidad. Pero nos da “explicaciones” demasiado sumarias de esas intervenciones de supuestos jóvenes, sin pruebas ni cifras precisas.

Dice, por ejemplo, que en Paraguay los jóvenes protestan contra el golpe de estado, siendo que todo el mundo sabe que Paraguay es un país en calma, donde no hay desórdenes ni protestas. O que en Chile los estudiantes obtienen no sé qué revisión de medidas de la dictadura de Pinochet, cuando en realidad igualmente se sabe que la educación en aquel país es envidiable y que a ella tienen acceso cada vez más las camadas más humildes de la población. En todo caso, está muy por encima de la nuestra en Ecuador o de la de Evo en Bolivia ¡Ni se compara!

Es totalmente disparatado hablar en un artículo donde se hace elogio de las juventudes rebeldes del caso del joven en el libro de los Hechos de los Apóstoles que se durmió y se accidentó. No se ve la relación; debe ser un delirio más de este religioso fracasado.

Nuestro columnista ha dicho ser “asesor” de las Cebs. Las Cebs se caracterizan por no tener jóvenes como adeptos y sí, en cambio, gente madura o mayor; personas bien intencionadas, por cierto, mucho más interesadas en devoción popular que en trabajo social o en reformas de estructuras. Los jóvenes tampoco son el fuerte de Isamis, donde son prácticamente inexistentes.

El Padre Pierre añora y sueña estar en los años setenta.

“Prohibido ser mediocre”, le decimos también a él. Estamos de acuerdo de que las cosas pueden y deben cambiar. Pero no en el sentido que él augura. Gracias a Dios tenemos jóvenes excelentes comprometidos con causas humanitarias. Contamos con esos y no con los “rebeldes” al estilo “Isamis, que agreden con insultos, con golpes y con piedras. Esos que nos hablan de “Vida” y de “Pascua”, pero están fanatizados con utopías ideológicas.

La esperanza está en los jóvenes que aman la espiritualidad, que buscan la educación y la cultura y que no se enrolan en la guerrilla (como quisiera el Padre Pierre). A esos buenos jóvenes (muchos de ellos son carismáticos, heraldos o neo catecúmenos) el Padre Pierre no les dice “adelante” sino “alto”. Pero ellos siguen creciendo y estando cada vez más presentes en la escena, determinando los rumbos de la Iglesia.