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martes, 10 de abril de 2012

Visita de Mons. Paolo Mietto a la parroquia Jesús resucitado

La versión de ISAMIS de las cosas, qué es “diálogo” para ellos, y las muestras que dan de no corregirse o de aprender algo nuevo

El “dialogo abierto” que tuvo que escuchar Monseñor Mietto… “escuchar”, dicen, por lo tanto no fue un diálogo, fue un monólogo, sobre la labor de Isamis desde el año 90, “incluida la participación de los compañeros indígenas”, como si estos fueran aves raras y no hicieran parte con pleno derecho de la comunidad.

Dicen que contaban con un “parroco” hasta la llegada de los heraldos, lo que es una mentira por todos comprobada, ya que estaban abandonados de sacerdotes; aparecía muy de vez en cuando el Padre Pinos, el Padre Usca, hasta el Padre Pierre, y no precisamente para celebrar la Misa o para confesarles.

Se jactan de un “trabajo social y organizativo” y del “saneamiento ambiental” en el sector, pero no de una labor catequética y sacramental, que es lo que se impone en una parroquia de verdad. ¿Le informaron de la conducta delictiva de Silvio Cumbicus?

La “gigantografía” sobre la obra de Monseñor Gonzalo se la podrían haber ahorrado a Mons. Mietto que la conoce de sobra, siendo Sucumbíos vecino de Napo.

Los Heraldos sí visitaron a las comunidades de la Zona Norte y coordinaron con ellas un trabajo pastoral que fue cortado cuando tuvieron que dejar el Vicariato, después de las zanjas, las cadenas, los candados y los intentos (vanos) del P. Pinos y de la gente de la COIM de quitar la autoridad a la Sra. Mariana, responsable por mandato popular y democrático (ya que ese es el argumento que pesa en isamis) del equipo misionero.

La nota del blog de Isamis concluye dando consejos, para no decir órdenes, a Mons. Mietto, en lugar de disponerse a escucharlo y de aprender de él, pues, les guste o no, es el nuevo pastor que les mandó el Vaticano. Pero estas “ovejas” descarriadas son irreductibles: quieren que se les reconozca tal cual son y además desconocen la labor de lo que llaman “Padres Colaboradores” a los que consideran intrusos y heraldos sin botas.

Que al otro grupo se le ayude formándole ya que algunos son nuevos”. Isamis da lecciones al nuevo Obispo.

¡Oigan la oración de Monseñor Mietto al concluir el Via Crucis del Viernes Santo!

Cuanto al “rico refrigerio” ofrecido, dudamos de su exquisitez, y pensamos que le habrá caído muy mal al Obispo, después de esos feos momentos de “diálogo abierto” en que al pobre administrador apostólico no le quedó más remedio que “escuchar”. Lo de siempre.

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