Páginas

miércoles, 5 de abril de 2017

“Buen pastor y destacado diplomático”

La Conferencia Episcopal Ecuatoriana se complace en comunicar que el Santo Padre ha nombrado Nuncio Apostólico en Eslovaquia a S. E. Monseñor Giacomo Guido Ottonello, hasta ahora Nuncio Apostólico en Ecuador.

Los Señores Obispos del Ecuador queremos expresar nuestra sincera felicitación al Señor Nuncio por esta nueva designación que le hace el Santo Padre, signo de la confianza en su servicio y amor a la Iglesia Universal. Al mismo tiempo, queremos manifestarle nuestra profunda gratitud por los años de su incansable servicio y por su ejemplar testimonio de amor a la Iglesia que peregrina en el Ecuador, como buen pastor y destacado diplomático.
Junto al Señor Nuncio hemos vivido intensos y cruciales momentos eclesiales que no han dejado de tener resonancia también en la comunidad civil y política. Queremos mencionar aquí, entre los muchos acontecimientos, la inolvidable visita del Santo Padre Francisco.

Deseamos asegurar al Señor Nuncio Giacomo Guido Ottonello, en nombre de la Iglesia que peregrina en el Ecuador, nuestras oraciones y le pedimos a Nuestra Señora de los Dolores, Patrona de Eslovaquia, que siga protegiéndole con su manto maternal en su nuevo camino de servicio a la Iglesia.


Suponemos la alegría –y hasta la euforia- de algún isamita sobreviviente ante esta noticia: Después de doce largos años de servicio en Ecuador, el Nuncio nos deja y es destinado a Eslovaquia.

Entre los “intensos y cruciales momentos eclesiales” a que hace referencia el comunicado de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, estuvo la ruidosa salida de Mons. Gonzalo López de Sucumbíos.

Todos los Obispos del mundo son retirados o trasladados de sus diócesis sin mayor drama. Con Gonzalo no fue así. Se organizó una resistencia inútil que tuvo, entre otros capítulos, una bochornosa huelga de hambre que el Obispo calificó de “ayuno tipo Gandhi”…

El Obispo rebelde ya tuvo que dar cuentas a Dios, mientras que el buen pastor y destacado diplomático sigue su carrera sirviendo a la Iglesia donde es mandado, sin necesidad de vigilias permanentes ni de “ayunos tipo Gandhi”. Porque ser obediente es ser buen cristiano.


¡Vivan las Iglesias de Ecuador y de Eslovaquia fieles al Papa

No hay comentarios:

Publicar un comentario