Empecemos por decir que un sacerdote
extranjero no tiene porqué intervenir en política local. Su “profesión” (dado
que así considera él la supuesta vocación frustrada que asumió) y su
nacionalidad, deberían moverlo a no inmiscuirse en asuntos de política
partidaria.
Esto escribe el personaje:
Despejar dudas
electorales Padre Pedro Pierre
Aunque nos quisieron hacer creer lo contrario,
los resultados de las votaciones del pasado 19 de febrero demuestran el fracaso
de la oposición derechista y el triunfo del movimiento Alianza PAIS en todos
los frentes: el primer puesto como binomio presidencial con más de 11 puntos
sobre Guillermo Lasso, más de 23 sobre Cynthia Viteri y 32 sobre Paco Moncayo.
En la Asamblea legislativa los candidatos de Alianza PAIS logran la mayoría, lo
mismo en el Parlamento Andina y su victoria sobre los paraísos fiscales le vale
felicitaciones internacionales. Los demás movimientos y partidos políticos o no
tienen representantes o tienen unas pocas unidades. La izquierda tradicional y
el disperso movimiento indígena son los grandes ausentes de todo este proceso.
Estos resultados generales demuestran el
respaldo que una mayoría de ecuatorianos da a la revolución ciudadana a pesar
de la intensa propaganda, el apoyo parcializado de los grandes medios de
comunicación nacionales, las mentiras descaradas, los insultos y las denuncias
sin pruebas, los regalos interesados, las promesas imposibles, las
explicaciones demagógicas y las escasas presentaciones de proyectos de gobierno
convincentes. Esta mayoría ecuatoriana no se dejó engañar por la supuesta
crisis catastrófica, ni por el anunciado fracaso de la economía, ni las
denuncias de corrupción pavorosa, ni el supuesto fracaso de la política
correísta responsable de todos los males habidos y por haber.
Todo esto confirma las palabras del presidente
Rafael Correa: que Lenín Moreno y Jorge Glas van a ganar con, al menos, 2
millones de votos. Por supuesto la derecha unida, con la rabia de no haber sido
obedecida, va a sembrar dudas, sacar nuevas artimañas, hacer relucir sus
recetas milagrosas y buscar convencernos de que son los verdaderos salvadores
de la patria. El gran desafío no es solo confirmar el proyecto de la revolución
ciudadana sino ser parte activa y creativa del mismo. Desde hace 10 años se
abrió un proceso favorable a grandes sectores de la población ecuatoriana, en
particular los más desfavorecidos: se trata de profundizar este proceso,
mejorarlo, enrumbarlo hacia el socialismo del Bien vivir o el ecosocialismo que
nace en varias parte del planeta, tal como fue la propuesta original de la
revolución ciudadana.
Este Bien vivir nos permitirá construir un
sistema de organización más equitativo para reducir la pobreza y el desempleo,
afianzar la sustitución de la minería a gran escala, proteger la Amazonía de la
deforestación, fortalecer la integración ecuatoriana… Necesitamos crecer en
conciencia, unión y organización. San Pablo nos advierte: “No nos estamos
enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen
este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de
arriba. Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan
resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas. Tomen la verdad
como cinturón y la justicia como coraza”. (O)
La verdad es que las elecciones demuestran no
un triunfo incondicional de Alianza País, como sugiere el “comuno-columnista”
de El Telégrafo, sino una derrota en relación a la totalidad del electorado.
Los datos son incontestables: 39,35 para el partido del gobierno y 51,12 para
los opositores mayores (Laso, Viteli y Moncayo), sin contar con el 10 %
faltante que se divide entre los otros pequeños e insignificantes partidos y
los votos nulos. En resumen: 39:35 % para Vladímir Ilich Uliánov… (léase Lenín) y 60,65 para los que no apoyan su
idolatrada Revolución Ciudadana. ¿Con quién está la mayoría del Ecuador?
El análisis
triunfalista de PPP concluye diciendo que “La izquierda tradicional y el
disperso movimiento indígena son los grandes ausentes de todo este proceso”.
Precisamente esas dos formaciones en caída libre, son las que más se identifican
con PPP, ahora embanderado ocasionalmente en Alianza País… La izquierda
tradicional representada por Cuba, las Farc o la revolución bolivariana: esa es
la ideología confesada mil veces de PPP. Y ni digamos nada del movimiento
indígena, que es su verdadera religión, no es la católica. O sea “los grandes
ausentes de todo este proceso” son las ambiciones ideólogo-políticas del
sacerdote extranjero.
Después, en un
intento de desacreditar lo que una democracia tiene de más característico y auténtico
-es decir, la propaganda, los debates, las denuncias, las promesas- da a
entender que el Gobierno es inmaculado e infalible. Así no más. La crisis y la corrupción que los datos
comprueban hasta el cansancio, no son nada más que invenciones de la “oposición
derechista”.
PPP profetiza,
haciéndose eco de los cálculos del economista Correa, que Lenín ganará en la
segunda vuelta por más de dos millones de votos. Y lo que pueda hacer la
oposición de campaña, será fruto de las “rabias, dudas y artimañas”… ¡Qué
demócrata es este PPP, tan identificado con la escuela de Fouquier Tinville!
También profetiza
que en varias partes del planeta está naciendo un “ecosocialismo”. ¿Dónde? Se
olvida que en nuestra América Latina esa opción no hace sino retroceder (y
también en América del Norte…) para no hablar de Francia, país que nos vomitó
este engendro llamado PPP, donde el termómetro marca “bajo cero” para el
socialismo y un índice preocupante de crecimiento de la extrema derecha.
El “ecosocialismo”
de PPP estará naciendo en el planeta Marte, o lo trae del espacio a la tierra
algún meteorito amenazador, o viene del infierno mediante las erupciones del
Etna u otro volcán.
PPP concluye su
libelo “citando” a San Pablo, y nos da a entender que la oposición, es decir,
la mayoría del país, son “fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas
del mundo de arriba” (es una falsa citación, porque así no escribe San Pablo;
como de costumbre, igual que Lutero, PPP viola las Escrituras). Y que Alianza
País es la panacea. Ah, otra cosa: la hipótesis de fraude… ¡ni la levanta!
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